Los líderes del Valencia: una raza (casi) extinguida

Desde que David Albelda salió del Valencia no ha habido un referente dentro del vestuario, y desde que lo hizo Baraja, un líder de verdad

Toni Hernández | 25 MAR. 2017 | 00:04

El Valencia no tiene un líder del vestuario, no tiene un referente, no tiene a un tipo, o varios, que sean capaces de poner por delante los intereses colectivos a los suyos propios, gente que sea profesional de los pies a la cabeza en el más amplio sentido del término. No, no llamo malos profesionales a los que hay ahora, ese es otro debate, pero desde que Albelda se marchó del club y Baraja fue invitado a irse (Manolo Llorente, qué bueno eres), nadie ha ejercido ni el papel de líder ni el de referente, y eso, aunque fuera pueda parecer que no, se paga y muy caro dentro de un vestuario. Es una de las razones que explican muchas de las cosas extra deportivas que ocurren, y cualquiera que haya estado en un vestuario, de élite o no, sabrá que esto es así.

¿Cómo se ficha un referente? Esto es más complicado, porque el líder debe nacer, pero también se debe hacer. Carlos Soler, por todo, puede serlo en el medio plazo, pero en el corto no se le puede exigir que cumpla un papel que no le corresponde, que le puede perjudicar más que ayudar. Alesanco, que tuvo ese papel en su día en el Barcelona, es sabedor de este déficit, y que paliarlo no va a ser sencillo, pero a su vez es absolutamente indispensable hacerlo. Quizá por ello, y no sólo en el plano deportivo, el fichaje de Ignacio Camacho es tan importante, porque puede aportar muchas de esas cosas, pero en el corto plazo de tiempo.