Una oposición seria en el Valencia

En el Valencia debe haber una oposición seria, que no tenga intereses que vayan más allá del club, que sea sincera y que vaya de cara. Y que no pasa nada si cometes un error, porque eso es humano. Y de sabios el rectificar, y no lo olvidemos, de necios insistir en el error.

Si de verdad no tenemos a alguien que se ponga en frente, no ya de Peter Lim, sino de cualquier otro máximo accionista coyuntural que podamos tener (que es algo que vamos a sufrir, mucho me temo, muchos años), vamos a estar siempre a merced de su voluntad. Y no nos valdrá, como nos ha pasado con Meriton, el hecho de esta callados cuando las cosas rodaban, y con el grito de guerra cuando no.

Porque la relación no puede depender de esto, sino de un modo de proceder que sea serio, claro, transparente y que, repito, ponga siempre al Valencia por encima de todo y no como el medio para conseguir el fin de nada. 

Y debemos tener los pies sobre la tierra, y pensar que en el Valencia somos muchos, que pensamos de muchas formas distintas, y que intentar confundir (que no engañar), es algo que se va a volver siempre en contra. Hay una serie de cuestiones que se deben fijar como claras, para no perder más tiempo con ellas, y sin eso, no avanzaremos.

No podemos montarnos películas con democratizaciones que no van a suceder, con interpretaciones jurídicas que ponen en duda el criterio de los jueces, o con la insistencia de que intervengan los políticos en las decisiones del club.

En esta ciudad nos conocemos todos, para bien y para mal, y el cartón se nos ve rápido, porque insisto, somos muchos ojos viendo las mismas cosas. Una oposición seria fuerte y unida, y por encima de todo, que sea coherente y que ponga siempre por delante el interés general sobre el particular.