Ridículo del Valencia CF ante un Almería colista (1-2)

Mestalla canta al unísono "Braulio ¡Vete ya!"

Dani Meroño | 30 OCT. 2013 | 22:12

Rídiculo, decepción, tristeza, dejadez... Muchos son los adjetivos que pueden unirse al espíritu de este Valencia CF de Miroslav Djukic que navega sin rumbo y a la deriva. Un conjunto que ha dejado escapara la victoria en un partido que se presuponía fácil ante el colista y en el que se adelantó en el marcador. Con Salvo en Singapur, la destitución de Djukic parece aplazarse, que no esfumarse. Parece sentenciado.

Y es que nada hacía presagiar que la imagen del equipo fuera peor que la ofrecida en El Madrigal. Djukic apostaba por cambios significativos en un once donde veíamos a Diego Alves como gran novedad. Con Postiga arriba de nueve de referencia y hombres como Pabón en el banquillo, parecía que Djukic volvía al origen. Algo que no funcionó.

Porque durante la primera parte se vio a un Valencia pobre pero con ímpetu. Buena prueba de ello fueron las ocasiones que disfrutó un conjunto de Mestalla que fue amo y señor de la posesión de balón. El UD Almería no daba miedo y el conjunto valencianista poco a poco arriesgaba más en ataque. Pese a ello, las ocasiones no llegaban y, por ende, los goles tampoco.

Solo pudo avanzarse el Valencia CF en el marcador tras un más que dudoso penalti que Jonas se encargó de transformar. Parecía que todo se ponía de cara y con esas el Valencia se iba al descanso.

No sabemos qué ocurriría en el vestuario de Mestalla, pero lo cierto es que el Valencia salió peor que en la primera mitad. El cuadro almeriense notó esa intranquilidad e incomodidad del conjunto che pese a ir por delante en el marcador, y la aprovechó igualando el partido tras un buen testarazo de Torsiglieri después de un saque de córner. El Valencia se ponía nervioso y las ocasiones seguían sin llegar.

Aleix Vidal fue el encargado de terminar de apagar los sueños de los valientes que todavía continuaban en Mestalla. Una fría tarde noche que se cerraba gol del Almería tras un buen pase de Azeez a Aleix Vidal, armando la pierna de tal forma que el golpeo se fuera dentro de las mallas sin que Alves pudiera hacer nada.

Solo una doble ocasión protagonizada por Canales puso en aprietos al Almería, que tuvo la fortuna de su lado tras pegar el balón en el palo.

A la postre nuevo ridículo de un Valencia que navega a la deriva y sin rumbo. Un conjunto valencianista que se hunde en la clasificación y donde la grada clama un cambio. Un giro de 180 grados que pasa por la destitución no del entrenador, sino del director deportivo, Braulio Vázquez.