Se cumplen 12 años de la final de Milán

El Valencia CF cayó en la tanda de penalties ante el Bayern Munich

Jose Hernández | 23 MAY. 2013 | 01:23

El 23 de mayo se cumplen 12 años de la final de la Liga de Campeones 2000-01 entre el Bayern Munich y el Valencia, el estadio Giuseppe Meazza fue testigo de la dolorosa tanda de penaltis en la que los hombres entrenados por Héctor Cúper tuvieron que conformarse con el subcampeonato.

Se cumplen 12 años de la derrota del Valencia CF en la final de la Liga de Campeones de Milán ante el Bayern Munich; para el equipo “ché” fue su segunda final en el torneo. Desde aquella temporada el club no consiguió avanzar más lejos de los cuartos de final, ronda que alcanzó en 2002-03 y 2006-07. A muchos valencianistas la final disputada la pasada temporada entre Chelsea y Bayern les recordó en buena medida a aquel partido del Giuseppe Meazza; los alemanes sufrieron un excesivo dolor perdiendo en la tanda de penaltis, y este sábado intentarán poner fin a una racha de sufrimiento que se alarga más de una década. Precisamente su último título fue el conquistado ante el Valencia en San Siro, la noche en la que las lágrimas de Santiago Cañizares fueron las de toda la afición española.

El protagonista negativo de la final fue el argentino Mauricio Pellegrino, el hombre en el que estaban depositadas todas las esperanzas del Valencia a principio de esta temporada 2012-13. El “flaco” esperaba resolver desde el banquillo las deudas contraídas en su etapa como jugador. El lance más duro de aquella época fue sin duda el penalti que Oliver Kahn despejó y que provocó que la copa volara directamente a Baviera. Sin embargo, Pellegrino volvió a formar parte del pasado valencianista el día que la Real Sociedad profanó Mestalla ganando por un contundente 2-5, se despedía una figura gafada.

En 2001 el Valencia CF salió al césped de San Siro con mucha mayor convicción en su juego que en la final ante el Real Madrid del año anterior. En el estadio de la capital lombarda se cruzaban los perdedores en las dos ediciones de la Liga de Campeones precedentes; equipos con demasiada hambre de título como para no exprimir al máximo sus posibilidades en el partido más importante de la temporada. Los de Cúper se adelantaron en el primer minuto y el panorama imaginado cambió por completo. La disposición táctica sufrió un giro radical ya que el Valencia explotó claramente su vertiente más defensiva. En el descanso Aimar se quedó en el banquillo y saltó al campo Albelda, un cambio que reforzaba todavía más las intenciones de Cúper.

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El penalti, aquel regalo en el primer minuto de la final hizo creer a muchos que el Valencia, ese día sí, terminaría ganando la Copa de Europa. El mismo Cúper conocía tanto a su equipo que no dudó en las órdenes que debía dirigir a sus hombres; el argentino se vio ganador con el 1-0 a pesar de que aquella sería al final de la noche su tercera derrota consecutiva en una final europea.


Fue el partido de Cañizares, independientemente de que la Copa no volara a Valencia. Se convirtió en la estrella del encuentro en un duelo a cara de perro frente a Oliver Kahn. Aguantó las acometidas de los bávaros y en la tanda le faltó muy poco para cantar victoria. El sabor de la derrota y la decepción por no haber conseguido el objetivo embadurnó de amargura el subcampeonato. Pero los años han valorado a aquel grandísimo equipo de los Mendieta, Baraja, Cañizares oAyala, embrión del conjunto campeón de dos ligas en los siguientes años.

12 años del encuentro más ingrato vivido por el Valencia en Europa, el día en el que el club de Mestalla estuvo más cerca de poder celebrar un título de la Champions League. Milán, San Siro y el Duomo pasaron a formar parte de la historia del Valencia.