Manolo Salvador podría tirar la toalla
El director deportivo sopesa su adiós y Quico Catalán estudia su blindaje
Manolo Salvador tirando la toalla. Es la pesadilla de Quico Catalán, que de boca del propio director deportivo ya sabe que está sopesando abandonar el Levante el próximo junio. Así se lo dijo, al menos, a la vuelta de Grecia, curiosamente horas después de haber encarrilado el fichaje de Simao Mate.
¿El motivo? Principalmente el desgaste y la decreciente falta de sintonía con la política del presidente, del que aun así continúa siendo su mano derecha en materia deportiva. También el aumento del listón de exigencia tras los éxitos de las últimas temporadas y el previsible éxodo de jugadores que se prevé para el próximo verano, dos intangibles que dificultarán su trabajo.
Salvador tiene contrato en vigor hasta 2014 con una cláusula de rescisión de 200.000 euros, aunque según le dijo Quico mientras él siga de presidente será su director deportivo. Sin embargo, el de Faura está escuchando cantos de sirena, entre otros sitios del Sevilla y también del extranjero. El mercado de agentes lleva tiempo con la mosca detrás de la oreja.
La situación aconseja por parte del club una revisión de contrato para atar a su arquitecto deportivo. Al mismo tiempo, además, esto va a servir de termómetro para tomar la temperatura de Quico hacia el que ha sido hasta la llegada de distintos profesionales en otras áreas su principal hombre de confianza. Tampoco es la primera vez, no obstante, que Salvador amaga con su dimisión tras haber encadenado renovaciones incluso bajándose el sueldo.
Por ahora las gestiones las lleva personalmente el presidente, quien más adelante pasará por el Consejo el posible blindaje. Mientras tanto, eso sí, Salvador continúa trabajando en la confección de la próxima plantilla a la espera de una decisión definitiva. La semana pasada, en una entrevista en Deportes Cope Valencia, reconoció su debate interno. Por un lado, declaró que “siempre seré levantinista, pero también soy un profesional”. Por el otro, que “en ningún sitio tendré la misma independencia que aquí”.