Serrano está a punto de estallar

JIM quiere a un extremo izquierdo en enero y el catalán saldrá del club

Rafa Carretero | 28 SEPT. 2012 | 17:34

Es una bomba a punto de estallar. La temporada está recién empezada, pero la situación de Óscar Serrano se ha vuelto insostenible. Es ya un secreto a voces que será el primero en salir en el mercado invernal. Sin embargo, quedan tres meses que pueden hacerse largos. El catalán no entra en los planes de Juan Ignacio, algo que era un secreto a voces, y su presencia en la grada es de lo más incómoda. No hay prácticamente relación entre el entrenador y él, pese a que el primero negaba esta misma mañana que se trate de un problema personal. Patata caliente encima de la mesa para Quico Catalán, obligado a estar alerta ante el posible incendio.

Hasta ahora Serrano ha asumido su situación con estoicismo y sin hacer ruido. A finales de agosto, tuvo una charla privada con JIM en la que también reconoció su parte de culpa en no ir para adelante. Pero lo que no pensaba entonces el jugador es que iba a tener tan pocas oportunidades. En verdad, ninguna en partido oficial. La gota que puede colmar el vaso es el domingo en Pamplona. Es ya oficial que Juanlu está descartado, por lo que habrá que ver quien lo sustituye. En principio todo apunta a Barkero, que volvería a pasar por encima del que sobre el papel es el otro interior zurdo de la plantilla pero al que apenas se le ha visto nada positivo.

La andadura de Serrano en el Levante empezó torcida. Fue un fichaje de Manolo Salvador, que a diferencia de otras veces no consensuó nada con un JIM. El míster no lo tenía entre sus preferencias y no paró hasta que le trajeron a Botelho, su ojito derecho. El fichaje fue una parte de cuota por la salida al Zaragoza de Aranda, con el que compartía el mismo representante. Con un papel secundario en el Racing, el club cántabro accedió a rescindirlo. Tenía una ficha de 1,2 millones, pero ya desde la época de Héctor Cúper había quedado en el ostracismo, sin casi trascendencia.

Se trataba de un fichaje arriesgado. Antes de rescindir con el Racing de Santander, del que se despidió entre lágrimas, Serrano viajó en secreto a Valencia para pasar una revisión médica previa. Una manera de disipar las dudas que existían sobre su estado físico tras una lesión grave en los ligamentos. Nunca ha vuelto a ser el mismo. Las pruebas las superó sin problemas, pero al poco de llegar se evidenció que su estado no era el mejor. Apenas jugó y cuando lo hizo desentonó, alternando expulsiones con malos partidos y sólo un rato aceptable en el Santiago Bernabéu, donde dio una asistencia. Para colmo, renovó automáticamente con la salvación.

El director deportivo confiaba en que haciendo este verano una pretemporada en condiciones sería otra cosa, pero tampoco. JIM guardó silencio hasta que todo fue haviéndose evidente. Ninguna de las oportunidades que le dio en la pretemporada la aprovechó, especialmente el examen que le puso en Pescara, clave para su futuro y en el que pasó desapercibido. Evitando cualquier conflicto con Salvador, a finales de agosto el míster le trasladó oficialmente al club la necesidad de fichar a un extremo izquierdo, posición en la que podía haberse desenvuelto Lassad y para la que inicialmente quería haber repescado a un Botelho por el que esta vez no quiso apretar el acelerador. De cara al próximo mercado, eso sí, reforzar la banda izquierda es su primera urgencia.