Koné no contestó a ninguno de los avisos del Levante para que regresara
El marfileño empieza la pretemporada con un acto de indisciplina a
Complicada papeleta la que tiene el Levante. Arouna Koné tenía que volver ayer a los entrenamientos pero, sin previo aviso, no lo hizo. Un acto de indisciplina con el que el club va a lidiar con mano izquierda, consciente de que no puede enturbiar ni devaluar a su mejor activo en el mercado. No habrá multa, pero en Orriols están de uñas con él y no hacen demasiados esfuerzos por disimularlo.
Después de haberle dado una semana extra de vacaciones para que se reincorporara directamente a La Manga en lugar de volver a Valencia, donde ya ha hecho la mudanza, el delantero ha desoído las órdenes del club. Ayer el autobús partió sin él y aunque se anunció que estaría por la noche junto a sus compañeros lo cierto es que en la concentración ya no lo esperaban. Nadie conoció su paradero durante todo el día.
Lo peor del caso es que se veía venir. El Levante llevaba días sin tener noticias suyas. Le había llamado y enviado mensajes avisándole de que el lunes tenía que estar en Valencia, pero no tuvo contestación. De hecho, ni siquiera fue el jugador quien se puso en contacto con el club para alertarle de que no iba a aparecer. Tuvieron que ser sus agentes los que dieron la cara por él. La excusa que pusieron fue un problema con los vuelos. Sin embargo, la realidad es que Arouna está fuera de control y hasta ellos mismos se han visto en la tesitura de convencerlo de que lo mejor es que vuelva.
Como ya adelantó deportevalenciano, la intención de Koné era incorporarse a su nuevo equipo sin pasar por Valencia. Sus agentes han intensificado las gestiones con el objetivo de acelerar el traspaso y aunque de momento no han surtido efecto desde su entorno se asegura que podría ser cuestión de días. Inglaterra es el destino deportivo preferido del futbolista, pero económicamente nadie ha llegado a los alrededor de cinco millones de euros en los que está tasado, la mitad de su cláusula de rescisión.
Destinos exóticos como el fútbol árabe y el ruso sí pujan más fuerte, con el inconveniente de que Arouna ya ha avisado desde su país de quiere ganar “títulos” en una gran Liga. También avisó, por cierto, de que estaba a la espera de una buena oferta “para hacer las maletas” y que “nada” le obligaba a quedarse.
Sin embargo, Koné tiene una temporada de contrato en vigor con opción a otra. Tras llegar a su tope goleador para no renovar con el Sevilla, el punta firmó con el Levante pese a que quedaba libre. El objetivo era compartir los beneficios de un traspaso, bien como señal de agradecimiento hacia el equipo que lo salvó del ostracismo o bien porque ésa era una de las condiciones del contrato. En todo caso, una operación extraordinaria para el Levante, que tiene que saber lidiar con la realidad de que el jugador ha dado por finalizada su aventura en Orriols y que además lo ha hecho cumpliendo con nota.
Si finalmente se pone a las órdenes de Juan Ignacio, además, habrá otro problema latente. ¿Jugará algún amistoso con el riesgo de lesionarse y que su traspaso se frustre? Vuelva o no, los últimos días de Koné como granota serán intensos.