Se cumplen 25 años del ascenso del Valencia

El equipo che se impuso al Recreativo de Huelva y volvió a Primera

Jose Hernández | 30 MAY. 2012 | 10:00

Muchos equipos tuvieron que purgar en segunda sus pecados capitales cometidos en primera división; el Valencia Club de Fútbol, al igual que el Manchester United, el Atlético de Madrid o el A.C Milán, vivió su particular vía crucis durante una temporada en la que tuvo que peregrinar por campos a los que estaba poco acostumbrado. Hoy, 30 de Mayo de 2012, se cumplen 25 años del ascenso a primera del Valencia. Fue un éxito celebrado por la angustia de la nueva situación y la agonía del sistema de competición, que se alargó innecesariamente con el play off, en lo que fue uno de los peores inventos de la historia del fútbol español.

El 13 de Abril de 1986 se consumaba el descenso del Valencia; fue el final de una historia anunciada desde algún tiempo atrás. El Valencia vivió a inicios de los años ochenta una época de gloria deportiva y despilfarro económico, donde la planificación y el trabajo consecuente desde los despachos, brilló por su ausencia. En 1983 la amenaza del descenso ya paseó por Mestalla;

Tendillo y un Real Madrid que no encontró su camino en la última jornada, elevó a los altares una tarde de transistores que prometía ser un funeral.

El descenso suele avisar a los equipos grandes, en España lo hizo con el Atlético, con el Zaragoza, con la Real y por supuesto con el Valencia. En Mayo de 1986, ni siquiera Di Stéfano, abanderado del valencianismo en 1971 y en 1980, pudo evitar el desastre.

Cuando el mes de agosto llegaba a su fin, el Valencia volvió a Mestalla para enfrentarse al Málaga en el partido que daba inicio al campeonato de liga de segunda división. Fue una noche con un tiempo tan inestable como la situación del club en todos sus frentes; la segunda división ya era una realidad.

55 años más tarde de haber jugado su último encuentro en la categoría ante el Real Betis, el equipo de Di Stefano debía ponerse el mono de trabajo para intentar volver lo antes posible a la máxima categoría. La afición, que no abandonó en ningún momento al equipo, fue el aval más preciado con el que contó el Valencia durante esta difícil etapa.

El arranque fue prometedor. Tras la victoria inicial ante el Málaga, los valencianos encadenaron tres buenos encuentros en los que batieron al Figueres, al Castilla y al Celta de Vigo. Las nuevas incorporaciones parecían funcionar a la perfección y el club reafirmaba con resultados su condición de grande venido a menos; hasta televisión española decidió ampliar la cobertura televisiva en los resúmenes dedicados a los equipos de segunda división. Con un inicio tan positivo, pocos auguraban problemas en el camino del Valencia por la división de plata del fútbol español.

Pero las dificultades llegaron tras ser eliminado de la Copa del Rey por el Villarreal en la tanda de penaltis (se jugó a partido único en El Madrigal). El golpe afectó a la plantilla, que entró en un bache de juego. En la octava jornada, los “ché” caen en Mestalla ante el Bilbao Athletic entrenado por Txetxu Rojo y once días más tarde, un Barcelona Atlético liderado por Nayim, se impone también en el feudo valencianista gracias a un tanto de Jordi Vinyals.

El puesto de Alfredo Di Stéfano corrió peligro, sobre todo tras la derrota en Castalia al siguiente partido. El juego desplegado por el equipo, sin embargo, no era tan malo como los resultados se estaban encargando de demostrar. Un gol de Quique Sánchez Flores otorgó dos puntos agónicos al equipo en la jornada 12 frente al Cartagena; el Valencia no volvería a perder hasta su visita a Las Gaunas, donde el Logroñés les ganaría. Precisamente los riojanos, serían los compañeros en el deseado viaje a primera división a final de temporada. Las aficiones de Logroñés y Valencia forjaron una simpatía que se mantuvo durante muchos años, y que tan sólo fue frenada por la desaparición del conjunto rojiblanco de la máxima categoría del fútbol español.

El Valencia aseguró el ascenso con la seguridad de un equipo muy hermético en defensa, donde Quique Sánchez Flores y Revert jugaban en las bandas, mientras que Giner y Ricardo Arias formaron una sólida pareja de centrales. En el centro del campo, la lucha del uruguayo Bossio unida a la calidad de dos jóvenes futbolistas valencianos, Fernando y Subirats, permitieron al equipo encontrar la dirección correcta. Arriba, Alcañiz, Fenoll, o el malogrado Sixto Casabona ponían el gol, caro y necesario en una categoría tan complicada.

El equipo enderezó el rumbo y alcanzó el liderato en solitario justo antes de las fiestas navideñas. Tras una segunda vuelta donde los Arroyo, Fernando o Subirats marcaron diferencias, el equipo terminó la liga regular con tres puntos de ventaja sobre el Deportivo de la Coruña y cinco respecto al Logroñés, pero todavía restaba jugar un soporífero y áspero play off que alargó el campeonato hasta la increíble cifra de 44 encuentros.

Ascenso del Valencia/ ciberche

El 30 de Mayo de 1987 fue una fecha inolvidable para la parroquia “ché”; un momento que si bien es cierto no puede equipararse a la gloria vivida con la consecución de títulos nacionales e internacionales, sí significó el nacimiento de un nuevo Valencia… en el día del ascenso, finalizó el mayor castigo deportivo que nunca sufrió el Valencia en sus 67 años de historia hasta ese momento.

Restaban todavía tres jornadas por disputarse, pero los goles de Javier Subirats y Quique Sánchez Flores ante el Recreativo de Huelva, certificaron un éxito sembrado durante buena parte de la temporada. 25 años después, el Valencia festeja la efeméride de aquel éxito que nunca debió producirse… la pesadilla que solo duró un año.