El Levante censura Koné en su propia web
La obsesión por maquillar su operación lleva al club a meter la tijera a unas declaraciones sobre su futuro traspaso
Pulverizando a la de Felipe Caicedo, la operación de Arouna Koné lleva camino de convertirse en la mejor de la historia del Levante UD. Sin embargo, es también la que peores dolores de cabeza está dándole al club, que tiene al futbolista encerrado en una urna desde su no-lesión contra el Granada.
Y es que cualquier desliz de Koné puede echar al traste la imagen de la entidad granota, que se ha esforzado, a veces en vano, en aparentar no sólo que el delantero estaba lesionado para evitar que un gol más lo devolviese al Sevilla, sino en que pasara como un pacto verbal lo que parece un contrato firmado a espaldas del club que le pagaba 1,2 millones, el 80 por ciento de su ficha, y que no incluyó en su cesión la cláusula del miedo.
Tan grande es el interés en maquillar la realidad que el Levante ha llegado al extremo de censurar la entrevista que el jugador dio en su propia web. Tras pactarlo con sus agentes, y para evitar que se pusiera ante un micrófono independiente, el jefe de prensa granota, Emilio Nadal, se plantó en un hotel para grabarle unas frases en las que Koné, amén del mensaje institucional dando gracias a la afición, aireó su deseo de que un traspaso este verano beneficie a ambas partes.
Sin embargo, nadie ha escuchado esas palabras porque hubo tijeretazo. Estratégicamente, el Levante no lo quiere devaluar en el mercado cantando a los cuatro vientos que lo que acaba de hacer con él no es más que una operación-puente. Pero la verdad es que detrás de los 10 millones de su cláusula de rescisión hay un acuerdo para escuchar ofertas entre cinco y seis y repartirse los beneficios. Un pacto muy beneficioso para los granota, que a diferencia de lo ocurrido con Caicedo no han tenido que invertir un solo euro. Les ha bastado con darle la oportunidad a Koné de volver a sentirse futbolista y que éste, pese a las dudas, se haya portado como un caballero respetando un acuerdo que estaba sellado pero podía romperse.
Firmado por una temporada con opción a otra por la permanencia, un año extra que nunca cumplirá pero que envuelve de perlas el acuerdo, el marfileño está ahora de vacaciones a la espera de que se concrete el interés de equipos de la Premier League y la Bundesliga, los mismos que lo tentaban para que no firmase con el Levante. En Orriols, no obstante, los hay que cruzan los dedos, conscientes de que su historial médico puede ser un lastre a la hora de cerrar el traspaso de un futbolista que con 15 goles en la Liga podría haber sido coser y cantar en otra época.
Posiblemente el celo que el Levante está poniendo en preservar a Koné es exagerado, pero la hemeroteca no engaña y los mayores problemas para el club en la temporada recién finalizada se originaron en declaraciones sobre su polémica situación. El peor de todos, sin duda, el dardo de Juan Ignacio a Quico Catalán, cuya herida no es que aún esté por cicatrizar sino que amenaza con infectarse y que la única solución para el presidente sea amputarse al entrenador.
Obcecado por tenerlo a su disposición, JIM culpó al club de no actuar con diligencia negociando con el Sevilla. Sus palabras acorralaron a Quico, que contactó con sus agentes, pero además de tarde era ya imposible hacerlo puesto que el jugador no quería mover ficha. En lugar de arreglarlo, Koné se escondió tras su médico de confianza —dejando por el suelo al del Levante— y después acudió al prestigioso doctor Cugat que, para desesperación de los granota, días después confirmó en un congreso que el marfileño podría haber jugado sin problemas. Y es que hay veces que el silencio stampa termina siendo atronador.