La terna es Benítez, Caparrós y... Lluís Carreras

Los favoritos “reales” al banquillo del Valencia post Unai

Toni Hernández | 29 MAR. 2012 | 00:01

Alguno me puede preguntar por qué saco este tema hoy. La respuesta es fácil. ¿qué tiene que ver que un grupo de profesionales salga a cumplir con su trabajo con que se hable del futuro? ¿Acaso Unai Emery, su agente, no está ofreciendo al vasco por media Liga, y por media Europa? El Valencia tiene un partido muy frente al AZ Alkmaar, pero el club tiene un futuro duro, mucho más que los 90 minutos de la ida de unos cuartos de final de la EUFA Europa League.

Por ello, y porque hay una afición que sufre, padece, y se cabrea porque no entiende, y también, desde luego, porque el futuro del banquillo hay que despejarlo, mandar un mensaje rotundo al vestuario (donde se cuecen las miserias y las grandezas), y que todo el mundo sepa que el destino de todos está abierto, y que jugar en el Valencia hay que ganárselo. Cada día. Cada partido.

El banquillo del Valencia es goloso. Un buen club, una buena ciudad, un buen proyecto deportivo (sí, bueno, por encima de la inmensa mayoría de España y de Europa), y pretendientes no van a faltar. La elección es el problema. Y quién la decisión, más problema aún. Tres cortes de técnico. Tres favoritos. Tres situaciones. ¿Saldrá de aquí el sustituto de Emery? Normalmente sí, pero esto es fútbol…

Rafa Benítez. El hombre. El nombre. Todo el valencianismo lo vería con los mejores ojos. Es el deseado, el idolatrado. Pero Rafa es un sueño, de momento. Su idea es quedarse en Inglaterra (si el Liverpool se vuelve a poner en su camino, firmará), y en España tiene algo pendiente. No es el Real Madrid. Es la selección, y eso queda aún lejos. Benítez y Manolo Llorente se han dejado querer, en público y en privado, pero ahí se queda el tema… hasta ahora. El gran problema sería la presión. 2 ligas en 3 años hacen que la expectativa se pudiera disparar al cielo, y eso, con Madrid y Barcelona a este nivel, es peligroso. El presidente valencianista no lleva bien la exigencia deportiva máxima, aunque él la pida cara a la prensa, y eso es un peaje que, a la larga, es muy largo y duro de pagar.

El ideal, el perfecto, el que colmaría la exigencia deportiva aunque no tanto la mediática, sería Joaquín Caparrós. Ya pudo ser en 2005, pero entonces pidió 3 millones de euros, y “sólo” había hecho un buen trabajo con el Sevilla (que luego sería grandioso, con los mismos jugadores, y de la mano de Juande Ramos). El proyecto atrae al utrerano. Club y técnico ya han hablado, han acercado posturas. Pero Caparrós necesita un trabajo integral de cantera, con control, con su gente, con promoción. Autoridad en fichajes, equipo de trabajo propio… ¿Estamos preparados para ello? ¿Somos un club modernizado para poder soportar este estilo de trabajo? Me gustaría pensar que sí.

Y el tapado, el gran tapado. No voy a esconder mi predilección por Caparrós, porque es pública y viene de años, pero hay un entrenador, un técnico, un futuro, que está sobre la mesa, que hay que atreverse a tirar adelante, pero que tiene una pinta magnífica: Lluís Carreras. Su bagaje es corto, apenas ha estado en el filial del Alavés y ha hecho un trabajo fantástico en las filas del Sabadell. Que nadie se lleve a engaño. Si Guardiola no sigue, que va a seguir, en el Barcelona, el elegido para sentarse en el banquillo del Nou Campes él. A mí me encanta, y su filosofía de juego encajaría en Mestalla. El problema, el gran problema, es que este vestuario necesita un referente para su limpieza mental, y Carreras, aún, no lo es.

Estos tres son los nombres que más suenan, pero en las oficinas del Valencia. El carrusel será largo, la quiniela más aún, pero el círculo está cerrado, repito, reitero, insisto, de momento. Puede que a alguien le dé un aire, una iluminación, y encuentre algo mejor (difícil), o incluso voy más allá… Hasta hay quien quiere renovar a Unai. Que nadie se nos asuste, que nada es imposible.

Y dicho todo esto, sin olvidar que hay partido, pero que no jugamos ni tú que lees ni servidor que escribe, ganemos al AZ, despejamos el camino de la Europa League, y miremos al futuro a corto plazo (partido contra el Levante), con una sonrisa. Que falta hace.