Koné jugó lesionado
Tiene una rotura de centímetros
Arouna Koné jugó ayer con una rotura fibrilar de tres centímetros en el adductor de su muslo derecho. El futbolista del Levante, que marcó su noveno gol en lo que va de temporada, tenía buenas sensaciones y había encadenado dos entrenamientos consecutivos con normalidad, por lo que dio la luz verde pese a los riesgos que conllevaba una recaída. No en vano, Juan Ignacio cruzó los dedos hasta última hora, hizo una convocatoria con un hombre más por si las moscas y lo retiró a falta de 20 minutos cuando el partido ya estaba decidido.
Según los médicos que lo han tratado, y pese al silencio de los del club, que han vuelto a salir mal parados en esta ocasión, la rotura fibrilar es en una zona secundaria, motivo por el que puede forzar. En cualquier otro caso, una rotura así impediría moverse a cualquier jugador. No fue su caso. Koné siente molestias, pero no quiere perderse partidos. Eso sí, es consciente de que en caso de haber complicaciones podría perderse un mes y medio de competición como poco.
"Llevaba entre algodones desde el Bernabéu y contra el Espanyol estuvo a punto de no jugar, porque esa misma mañana no se pudo entrenar", reconoce Juan Ignacio. "Si no hubiera estado en condiciones no habría podido salir al campo. Especialmente con su juego, que es muy explosivo".
La situación viene repitiéndose últimamente, pero de momento Koné aguanta. Eso sí, a cambio de perderse entrenamientos y de llevar un estricto plan físico con el que ha vuelto por sus fueros. Para el club, que termine bien la temporada es clave, ya que el futbolista será suyo en virtud de un acuerdo privado ante el que nada puede hacer el Sevilla. La idea es repetir una operación como la de Caicedo el último verano.