Quico Catalán quería rescindir a Botelho

"No vestirá más nuestra camiseta", aseguró

Rafa Carretero | 21 FEB. 2012 | 14:59

La reacción de Quico Catalán cuando se enteró de la fuga de Botelho del hotel de Madrid, lo que le ha valido la apertura de un expediente disciplinario, fue tremebunda: "No vestirá más nuestra camiseta". En caliente, el presidente pensó en rescindir el contrato de cesión con el Arsenal. De hecho, en última instancia ha sido el vestuario quien ha salvado al brasileño de acabar con sus huesos fuera de Orriols.

Y es que no sólo el presidente, también el entrenador que lo apadrinó y el director deportivo que se borró de su presentación oficial estaban por la labor de cortar por lo sano. Sin embargo, por boca de los capitanes, el grupo pidió lavar los trapos sucios dentro del vestuario y pese a tratarse de un recién llegado, rompió una lanza por él.

"Puede ser un jugador importante para nosotros si se enchufa y no estamos para renunciar a nadie", explicó Ballesteros, el capitán y curiosamente también su compañero de cuarto en una polémica concentración en la que el club tiene constancia de que otros jugadores también cenaron fuera del hotel, aunque a diferencia de Botelho volvieron a tiempo y aquí paz y después gloria.

En frío, Quico escuchó las explicaciones de Botelho, bastante peregrinas por cierto, y asesorado por sus colaboradores prefirió no hacer más sangre del asunto para que no trascendiera. Pero su reacción de buenas a primeras lo había dejado ya retratado. Sin duda, él fue uno de los detractores de este fichaje por el coste de imagen que tenía para el club fichar a un jugador que acababa de ser cazado en un control de alcoholemia y en cuyo historial lucen capítulos como peleas, fiestas nocturnas y mañanas de resaca en los entrenamientos.

Catalán, junto a Salvador, se reunió con Juan Ignacio unos días antes de cerrar el fichaje y le plantó en la mesa un dossier con sus andanzas. En cambio, a la hora de la verdad no dudó en posar en la foto con él el día de la presentación y además sonriente en una instantánea en la que brillaba por su ausencia el director deportivo.

Botelho, por cierto, ha pedido disculpas a sus compañeros por lo acontecido, aunque mantiene que todo fue un malentendido, ya que pensaba que tenía permiso del cuerpo técnico para irse al dentista. Una versión que Juan Ignacio ha dejado claro que es del todo falsa, ya que lo que hizo precisamente fue denegárselo.