JIM, 23 años después

El día que pisó por primera vez Orriols a Juan Ignacio le regalaron el acta de un partido entre Levante y Torrevieja en el que técnico granota visitó el entonces Nou Estadi como jugador. Curiosamente, hoy se cumplen 23 años de aquello. Fue un 26 de noviembre de 1988 cuando, con el dorsal 15, el de Rabasa se sentó en uno de los banquillos que ahora conoce tan bien. Ni siquiera fue titular, sino suplente en la derrota del equipo alicantino, que cayó por 1-0 ante un Levante capitaneado por Vicente Latorre y que aquella temporada ascendería tras arrasar en el Grupo IV de Segunda División B. Viejos tiempos para JIM, que tiene guardada una fotocopia en casa. Una ficha escrita a mano, a la vieja usanza, que ha archivado con otros recuerdos.

El culpable de haber rescatado ese documento no es otro que Raimon Ferrer. Casualmente, se trataba de su primer partido como responsable del césped del estadio. Por eso lo tenía guardado y le fue fácil rescatarlo cuando supo que uno de los suplentes del Torrevieja se había convertido en el entrenador del Levante. Tal vez por esa anécdota, ambos mantienen una relación mucho más cercana y cordial de lo que el personal pueda pensarse. Conectaron desde el principio y van de la mano. Raimon es culpable, de hecho, del 'bautizo' granota de JIM en su Raconet.

A Juan Ignacio siempre le gusta recordar aquellos tiempos de jugador. Se retiró dos años después por culpa de una grave lesión de ligamento, aunque él reconoce que su problema fue no saber gestionar la presión. “Tenía miedo al fallo”, dice. En todo caso, nadie le hubiera dicho tal día como hoy de 1988 a aquel jugador de bronce que pasó sin pena ni gloria por Orriols lo que estaba por venir. Que 23 años después escribiría la mejor página de la historia deportiva del Levante con el liderato de Primera División.