Gracias papá, por hacerme del Valencia

Mi padre decidió irse el día del cumpleaños del Valencia. Él era así, y por si acaso se me ocurría olvidarlo, ya se ocupó de que eso no fuera posible. Hace ya 17 años, aunque para mí, como para cualquier que haya pasado por lo mismo, es como si hubiera sido ayer. En clave VCF, el regalo que me hizo no se lo podré agradecer nunca lo suficiente, porque sin mi equipo, mi vida sería muy distinta, y sinceramente, con todo, me gusta la tengo.

Lo que he podido vivir siendo del Valencia forma parte de mi carácter, el de todos, porque de alguna forma, siempre, todo lo terminamos relacionando con el equipo, con el club, y queriendo o sin querer, siempre, pero siempre, nuestra vida va ligada a él. Y cuando te toca ser padre, cuando lo que procede es dar el testigo, te das cuenta que esto está muy por encima del fútbol, que eso es simplemente la excusa, y que no va, ni mucho menos, de ganar o perder.

Soy feliz siendo del Valencia, y no lo cambiaría por nada del mundo, por más títulos que se pudieran ganar siendo de otros colores. Porque nosotros celebramos muchas cosas, y no necesariamente una es ganar, ya que nuestro triunfo es conseguir que el club siga cumpliendo años, que se transmita el legado de padres a hijos sin que haya un final, manteniendo viva la llama de un equipo que, pese a todo, sigue en pie, y con el orgullo intacto.