Los políticos y su posición respecto al futuro del Valencia

Quiero a todos los políticos lejos del Valencia. Esa es una máxima de la que no me bajo, mande quien mande, porque aquí todos tienen muertos en el armario, y el que paga los platos rotos siempre es el club, eso no se puede poner en duda. Realmente no es que tengan demasiado que decir salvo en tema muy puntuales, y cuando estos se dan, lo único que les pido es que tengan sentido común.

Obviamente nos estamos enfocando a lo que tiene que ser el futuro campo, el Nuevo Mestalla, la piedra angular del corto y medio plazo en el Valencia, y sin duda, del largo en función de cómo se manejen los otros dos. La idea de cambiarnos de casa la tuvo Bautista Soler, el padre, y ya en 2002 iba con su maqueta y su plan para irnos a los cuarteles de La Alameda.

Cuando en 2004 se tuvo que recurrir a él para salvar al club de la quiebra, que fue lo que pasó, Soler rescató su idea, su hijo la llevó a efecto junto con Vicente Soriano, y Rita Barberá le dio el punto de visión global. Aquello salió mal por la avaricia que se tuvo, porque teniendo los terrenos en 2006, incluso en 2007, el campo estaría terminado y en funcionamiento, pero pasó todo lo contrario.

Muchos años de la nada, por parte de todos, y unos últimos en lo que el asunto se ha politizado de un modo torticero. Se ha intentado sacar votos a cuenta del campo, y el resultado ha sido muy distinto al esperado. Ahora llega el momento de ser prácticos, más allá de quién gobierne. Hay que firmar el convenio, empezar el campo y vender el actual. 

Y sí, tener un estadio para el Mundial 2030, aunque eso es lo último en la lista de prioridades, porque el dinero público no va a pagar las obras, no tendríamos que consentirlo en ningún caso. Insisto, de los políticos sólo espero sensatez respecto a lo que tienen frente a ellos, y que tengan claro que el Valencia es el Valencia, y quien manda, algo totalmente circunstancial.