Fin de semana sin fútbol en el entorno del Valencia

Esto es así desde que yo tengo memoria, y da igual quién mande o quién entrene, o quién juegue, que siempre pasa lo mismo

Toni Hernández | 10 SEPT. 2023 | 00:01
Mestalla

Un fin de semana sin fútbol suele ser una tragedia en Valencia, y no sólo en los tiempos de Meriton, que este club ya existía mucho antes de que ellos llegaran, y han pasado cosas de toda la vida de Dios. Tal y como estamos ahora mismo, con esa tensión que se palpa en el ambiente de forma constante, y con el equipo habiendo perdido dos partidos seguidos y con el mercado de fichajes que hemos hecho, lo normal es que se mueva mucho todo, aunque no tengo como la semana que viene, que sí habrá partido, y será en casa.

Eso a nivel social, de aficionado de calle, de la gente que está asustada porque no las tiene todas consigo, por decirlo de uno modo amable. Pero la opinión pública, nosotros, la prensa, es más que posible que saquemos cañones de todos los colores con historias que quizá llevan un tiempo en el cajón y que tienen su momento precisamente ahora. Ya hemos visto algunas, como ese ofrecimiento de Guedes para jugar aquí, o las teorías de diversa índole sobre la compra de Cenk.

Tampoco faltan las elucubraciones sobre Layhoon Chan, que es otro de los temas estrella de estos días. El futuro a corto plazo de Baraja parece que se queda en suspenso, porque viendo que no ha dimitido, ahora sacar este comodín es mucho más delicado. Todos son temas que están sobre la palestra, o se pretende que estén sobre ella, pero siguen lejos de lo único que realmente cambiaría las cosas de forma diametral. La venta del Valencia, mejor dicho, la compra por parte de un inversor del paquete de acciones de Peter Lim, es lo que realmente le daría un vuelco a todo, pero seguimos muy lejos de ese punto, no imaginamos cuánto.

El convenio y el Nuevo Mestalla son ahora mismo piezas claves de la ecuación, y no se les hace caso, algo que me llama poderosamente la atención. Ya no hay empresarios valencianos que compren nada, y eso también es llamativo. Queremos ganar una guerra sin tener armas medianamente dignas, pero eso sí, este fin de semana sin partido haremos mucho ruido para que no falte de nada.