El Valencia, el local management y cuando no se quieren hacer las cosas bien
Han sido declarados culpables, o peor, colaboracionistas, cuando esto es mucho más sencillo

El local management del Valencia es como el VAR, no es que funcione mal, es que depende del factor humano, en nuestro caso de Peter Lim, y entonces todo tiene tendencia a volar por los aires. Pongamos las personas que queramos, da igual. Viajan a Singapur, o incluso ya puestos a soñar, viene el señor Lim a Valencia, aunque sea en secreto. Da unos parámetros, unas órdenes y unos márgenes para poder trabajar.
La gente se pone en marcha, ejecuta lo que entiende es mejor, y cuando el máximo accionista debe pulsar el botón verde… no lo hace. ¿El sistema es malo? Diremos que sí a gritos porque tenemos en el punto de mira a Solís, Corona, Inma Ibáñez y Layhoon Chan, pero si lo miramos fríamente, que tampoco lo vamos a hacer aunque deberíamos, nos podríamos dar cuenta que es una especie de círculo vicioso en el que pueden cambiar los actores, pero el guión y el director siempre son los mismos.
La idea del local Management, al que para mí le sobra el anglicismo pero lo compro igualmente, no sólo no es mala, sino que es la adecuada, y de alguna manera era lo que sucedía en la época de Mateu Alemany, es decir, no es algo nuevo en el mundo Meriton. Sé que no es popular, más bien al contrario, pero empatizo con la gente de aquí, pues claro que lo hago, porque hablo con ellos y sé qué piensan, y qué sienten. ¿Que podrían ser mejores?
Todos, siempre, podríamos ser mejores, pero ese no es el tema, porque este sistema tendría el mismo procedimiento con ellos que con el gestor número uno de la historia del fútbol. Sea como fuere, esto tiene muy mal arreglo, muy malo, y eso es ahora mismo lo que más miedo nos da a todos.