Ser más del Valencia que nunca, y apretar mucho los dientes
Cada uno puede actuar como quiera, faltaría más a estas alturas, pero es obvio que este equipo necesita el apoyo de todos nosotros

Es el momento de ser del Valencia más que nunca, de sufrir más que nunca, de pasarlo peor que nunca, y quién sabe, quizá de llorar más que nunca. Ningún escenario es descartable este año, y cualquiera que sea malo es plausible, no nos podemos engañar. Cada uno va a enfocar el miedo de una manera, porque sentimos miedo, y hay una serie de cosas que se deben tener muy en cuenta a partir de ese instante.
Lo que hagan los demás se debe respetar, de forma absoluta, sin peros, sin objeciones y sin matices. Si pensamos que el año pasado hubo que apretar los dientes hasta sangrar, la lógica de este deporte, que no la tiene pero siempre hablamos de ella, nos dice que se va a quedar en nada comparado con lo que viene.
Vamos a tener que aguantar mucho, en muchos sentidos, y no tenemos que olvidar que el Valencia está por encima de todo, que lo importante es el club y el escudo, y que todo lo demás pasará, antes o después, pero pasará. Quejarse y protestar será de ley, claro que sí, lo mismo que también quizá debería serlo el dejarse el alma y la garganta, como dice la canción de Mestalla, en todos y cada uno de los partidos, porque vienen curvas muy duras, muy largas, muy numerosas.
Somos libres para elegir nuestra forma de afrontar lo que viene, todos somos libres, y nadie va a tener más razón que otro a la hora de tomar su postura. Del Valencia más que nunca, porque esta vez no es un eslogan para la galería, sino una verdad evidente que tenemos delante de nuestras narices.