Un Valencia sin oposición a Peter Lim

Peter Lim no tiene oposición en el Valencia. Esa es la triste realidad, que a mí me parece muy muy triste, pero es lo que hay. No hay una alternativa, no hay un bloque firme, unido y gigante, que diga “aquí estamos nosotros”, y eso es algo que hace muy cómoda la posición del máximo accionista, que sin demasiado esfuerzo sigue en el mismo sitio que hace dos meses, cuando se suponía que todo iba a arder en llamas al momento de terminar la Liga.

La realidad es muy tozuda, muy cabrona, y pasado el tiempo, vemos que nada ha cambiado, absolutamente nada, y el desgaste de los que han peleado en primera línea, con errores y aciertos (mucho más de lo primero en los últimos tiempos), está llegando al límite. El valencianismo va viendo que aquí no “se echa” a nadie como se ha hecho toda la vida, a la antigua usanza, y eso debe hacernos ver ele camino real para este momento concreto de la historia del club.

Los hemos tenido peores, que nadie nos cuente historia, mucho peores, aunque la diferencia era que nosotros, el entorno, podíamos influir de verdad en las que cosas que pasaran, y eso es algo que ahora mismo no pasa ni por asomo.

Encima hay que convivir con algunos personajes que lo hacen todo mucho más complicado, haciendo que primen sus intereses sobre los del club, o directamente inventando realidades paralelas con no está muy claro qué fin, pero manchando a fin de cuentas el nombre del Valencia, que debería estar siempre por encima de todos. No, no es que no estemos unidos, es que estamos más disgregados que nunca, tirando cada uno para un lado, y eso sólo beneficia a uno. Y perjudica a otro.