Arreglar el Valencia con fórmulas del pasado que sabemos que no funcionan
No podemos actuar siempre igual ante los mismos problemas, y acudir a las mismas soluciones, porque los seguiremos teniendo toda la vida...

Desde que tengo uso de razón, el Valencia está en crisis. No sé si también forma parte de nuestro ADN, que nos gusta estar jodidos, o es que tenemos mucha mala suerte, pero lo cierto es que siempre nos pasa algo. Del Valencia soy desde que nací, y tengo recuerdos de muy niño celebrando los goles en el patio del colegio como Mario Kempes. Aunque empecé a ser muy consciente de todo lo que ocurría a mi alrededor en 1983, cuando nos salvamos de bajar a Segunda con aquel gol de Tendillo al Madrid.
Mi padre no me dejó ir a Mestalla, y me mandó con mis tíos a ver el estreno de E.T. (vamos, que empiezo a ser muy viejo). Tenía casi 9 años, y el Valencia ya estaba en crisis, ya tenía problemas. Mi generación vivió aquello, el descenso, el ascenso, los partidos de Europa despuntes de muchos años sin estar… y cuando “tocamos pelo” fue como estar en el cielo, porque nosotros habíamos visto al Sestao jugando contra el Valencia un partido de Liga. Pero voy a los problemas.
En el 86, Vicente Andreu dijo aquello de “mil valencianistas a 1 millón de pesetas, y deuda resuelta”. Jamás se dio, y el concepto lo he vuelto a escuchar hace bien poco. “Que alguien pague la deuda y nosotros gestionamos”. Otro clásico de los que quieren mandar sin poner ni uno, algo que no tiene ni pies ni cabeza. Y volver a determinadas figuras del pasado que nunca dieron el paso para ir más allá. Si toda la vida hemos aplicado los mismos remedios para los mismos males, y siempre nos hemos equivocado, ¿qué demonios hacemos repitiendo de nuevo el ejercicio?