Cuando para un jugador el Valencia es su vida

"El Valencia es mi vida. Desde pequeño se me ha inculcado mucho. Mi familia es muy valencianista". Las palabras de César Tárrega del otro día en el diario Marca han tenido recorrido, mucho, como ese reportaje sonoro del mismo futbolista y su familia en Sevilla, en la final de 2022, la que perdimos contra el Betis. Y han tenido ese recorrido porque como él hay varios perfiles más en la plantilla, pero bastantes más, y eso es un diamante en bruto.

Y no, no basta con ser muy del Valencia para poder jugar en el equipo, porque en ese caso seríamos muchos, claro que sí. Pero si a la calidad y al nivel le unes ese valencianismo en vena, es que se convierten en futbolistas que debes atar de por vida, porque lo contrario es un crimen. Y ya hemos visto otras veces, demasiadas veces, cómo se terminan marchando chicos formados aquí que son del Valencia como cualquiera de nosotros.

Hay que hacer que se queden, que se queden todos, que sigan aquí muchos años, que continúen escribiendo su historia en casa, que seguro que es donde ellos quieran estar. Porque si somos capaces de consolidar ese bloque de valencianismo y valencianista, y los que vienen tienen en el nivel, la mezcla va a ser buena, porque esa fórmula siempre nos ha funcionado, y al final, esto del fútbol, sin ser coser y cantar, es más sencillo de lo que parece.