Yo sólo quiero ser del Valencia
El aficionado se aleja cada vez más de guerras que encima no puede ganar, y el sentimiento por el equipo es el nexo de unión

Cuando pienso en el Valencia me gusta hacerlo siempre en positivo. Y también es posible que en un modo simple, es decir, conformándome con pequeñas cosas que siempre han sido importantes en mi vida, desde que tengo uso de razón.
Nunca he ido a Mestalla a ver al rival del Valencia, sino al Valencia, y me ha dado siempre igual si era el Madrid o el Figueres, que de todo he visto, como miles de valencianistas. Y conforme me hago mayor, es como si volviera de nuevo a ser un niño, porque valoro mucho más todo eso, y desde luego, muy por encima de lo que veo ahora a mi alrededor.
Y claro que influye el hecho de tener una hija que, con 10 años, ha sido valencianistas a tope, para mi alegría y preocupación a partes iguales, porque ella, cuando los partidos son tarde y no los puede ver, sólo quiere saber a la mañana siguiente si hemos ganado. Y es que creo que así tendría que ser, o al menos, así quiero yo que sea para mí.
No voy a intentar a convencer a nadie de que sea de otra forma, porque todos somos libres, todos, y por eso no voy a dejar tampoco que me digan cómo tengo que vivir este sentimiento que tengo desde el día que me parieron. Ya no es volver a la esencia de las cosas, sino básicamente no olvidarla, porque todo nació siendo de un equipo, del nuestro, y de vivir cada partido como si fuera el último. Y eso no lo quiero perder.