Mestalla cumple 90 años

El campo del Valencia CF está a una década de ser centenario

Jose Hernández | 20 MAY. 2013 | 01:58

Hoy se cumplen 90 años de la inauguración del campo de Mestalla, un recinto emblemático del fútbol español que ha vivido varias remodelaciones y que pasados varios años del siglo XXI, sigue activo debido al retraso en la finalización de las obras del nuevo estadio.

La historia del Valencia y Mestalla representan una idea indivisible. El club creció bajo la protección de su actual estadio tras abandonar Algirós en una época de expansión futbolística. Hace 90 años el Valencia era una entidad joven, el cobijo de grandes entusiastas que dividían su devoción entre Arturo Montes y Eduardo Cubells. El contexto histórico en el que nació Mestalla fue un periodo de constante agitación política, pero también una época señalada con letras de oro en la evolución del fútbol valenciano.

En pocos meses se inauguraron en la ciudad de Valencia tres estadios diferentes. El primero el día 3 de Septiembre de 1922, cuando el Levante Foot-ball Club levantaba el telón del campo del Camino Hondo del Grao. Más tarde el Gimnástico inauguraba su estadio en el cauce del río Túria, y finalmente en Mayo de 1923 (hace hoy 90 años), un Valencia vestido con camiseta blanca, pantalón y medias negras, se imponía 1-0 al Levante en un encuentro que significaba el pistoletazo de salida para el flamante Mestalla; Montes marcaba el único gol del partido.

Un mes antes de la apertura del campo, los valencianos habían debutado en la copa, un torneo al que llegaron tras ganar por primera vez en su historia el Campeonato Regional de Levante. En aquella ocasión el Sporting de Gijón de Manuel Meana (el emblemático futbolista internacional que sería después seleccionador español) le eliminó en los cuartos de final, aunque para ello necesitó de un encuentro de desempate que se disputó en el embarrado campo de Teatinos.

Selección española

Desde que España e Italia jugaron el primer partido entre selecciones nacionales de Mestalla en 1925, el estadio valencianista ha albergado 31 encuentros de carácter internacional. Aquel partido frente al conjunto transalpino en el que se alinearon futbolistas de la talla de Zamora, Samitier o Luis Pasarín, significó la venganza española ante Italia de la derrota cosechada un año antes en los Juegos Olímpicos de París. Del encuentro jugado en Mestalla quedó en la memoria la alineación en el once español del ídolo local Cubells, y también la participación en el cuerpo arbitral de Octavio Augusto Milego... ¿lo recuerdan? sí, uno de los fundadores del Valencia y el primer presidente que tuvo el club en 1919. En esta imagen podemos ver el aspecto que presentaba Mestalla aquel día.

Pero a aquel duelo le siguieron más, como el España-Austria de 1959 en el que debutó Manolo Mestre, u otro encuentro ante la misma selección que se resolvió con un 9-0 favorable a los locales y en el que se estrenó como internacional Gaizka Mendieta. Sin embargo los recuerdos que unen a la selección y Mestalla resultan agridulces, ya que Valencia fue sede de la primera fase del mundial de 1982, un campeonato en el que los hombres dirigidos por José Emilio Santamaría decepcionaron.

El fútbol olímpico también estuvo presente en Mestalla en estas nueve décadas de historia. En 1992 Valencia fue una de las subsedes de Barcelona 92, albergando partidos de la primera fase, cuartos de final y semifinales. Un gol de Pep Guardiola ante Colombia supuso el pistoletazo de salida para el brillante equipo dirigido por Vicente Miera y Ladislao Kubala; España marcó 11 goles y no encajó ninguno en el mágico camino hasta la final que tuvo en el entonces Luis Casanova un marco incomparable para la selección olímpica.

Finales

En 1926 Paulino Alcántara desequilibra en la prórroga la primera final de copa disputada en Mestalla (Barcelona-Athletic de Madrid). 85 años después, Cristiano Ronaldo le daba al Real Madrid su 18º título de copa de la misma manera, marcando en el tiempo extra. En el camino quedaron 9 finales del torneo del KO, distintas batallas que convirtieron al viejo Mestalla en el estadio con más finales disputadas lejos de la capital de España, un honor que comparte con Montjuic-Lluís Companys.

La final del agua de 1929 entre el Espanyol y el Real Madrid figura entre las más épicas de la historia, así como la disputada en Junio de 1936 entre el Barcelona y también el Real Madrid; un partido rememorado siempre gracias a la magnífica actuación de Ricardo Zamora.

Para el recuerdo...

Como siempre en estos casos es imposible señalar todos los momentos que merecerían ser citados en una efeméride como esta. Pero Mestalla, rebautizado durante un tiempo como Luis Casanova en honor a una de las figuras vitales en su expansión, ha sido testigo de numerosas tardes y noches que permanecen con luz propia en la galería de recuerdos del fútbol mundial. El estadio del Valencia Club de Fútbol fue el primero que pisaron en la liga española Diego Armando Maradona, Paul Breitner o Zinedine Zidane. También fue testigo de la primera final de una competición europea protagonizada por dos clubes del mismo país: Valencia y Barcelona disputaron la de la Copa de Ferias 1961-62.

Mestalla fue la casa de la "Delantera eléctrica" de los años cuarenta, del habilidoso Servaas Wilkes (otro nombre clave en la remodelación del Gran Mestalla) o de Antonio Puchades, la estrella internacional que recibió un caluroso homenaje de su estadio en 1959, meses después de que se estrenara la luz artificial del campo en un amistoso entre el Valencia y el Stade Reims de Just Fontaine.

En 1993 Mario Alberto Kempes también vivía en Mestalla una noche para el recuerdo, su último partido con la camiseta del Valencia. Fue un espectacular duelo entre Romario y el Matador, que finalizó con la afición valencianista reclamando el fichaje del brasileño con aquel antológico "Arturo, saca los duros" (en alusión al presidente del club en ese momento, Arturo Tuzón).

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Epílogo

Pocos habrían apostado a que los pilares de Mestalla seguirían levantados en la fecha en la que hoy nos encontramos. Muchas generaciones de valencianistas suspiraron con resignación el día en el que el proyecto del Nou Mestalla (símbolo de la especulación inmobiliaria) fue presentado; una mezcla de sentimientos encontrados se abrieron en la conciencia. La construcción de un moderno estadio fue recibida con notable entusiasmo, ya que aquel hecho constituía un enorme paso al frente en la ambición de futuro del club. Pero sin embargo, la idea de abandonar el viejo Mestalla quedó trazada como un paso doloroso que sería difícil de afrontar; un lance de vida inevitable, parecido a despedir a un padre.

El momento no ha llegado. Mestalla, pese a las incomodidades y el notable dolor que supone para el aficionado saber que el club es dueño de dos estadios y juega en el actual por obligación, ha llegado a los 90 años como un símbolo respetado de la historia, un elemento casi centenario construido en su día en una zona alejada del punto neurálgico de la ciudad. Cada gol marcado reverbera con fuerza en la avenida de Aragon anexa al campo... el grito desesperado de Mestalla, el estadio de los 90 años.

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