Que ahora haya un silencio sepulcral por la venta del Valencia me cabrea, me cabrea mucho, porque ciertamente no hay nada que contar más allá de que no hay un proceso abierto, y no lo habrá en el corto y medio plazo, pero es que han sido tantos años calentando los cascos al personal que me da mucha vergüenza que ni siquiera se haya pedido perdón a nadie por todo ese ruido que no tenía más base que el hecho de que mandara otro distinto al que yo quiero.