Jaume Domènech tiene que ser el siguiente fichaje del Valencia, y como ha quedado demostrado, es uno de los símbolos más importantes del Valencia contemporáneo. El debate sobre su figura es algo que, a estas alturas, no tiene fuerza, porque los críticos que ha tenido siempre, por unas razones o por otras, han quedado engullidos por una realidad que es mucho más importante que cualquier otra cosa. Y eso no puede hacerme más feliz.