El Valencia está muerto y hay que hacer lo que sea para resucitarlo
El equipo sacó un punto ante el Alavés que fue una especie de milagro, un clavo ardiendo al que agarrarse, y más mirando el calendario

El Valencia pareció un equipo muerto durante muchos minutos frente al Alavés. Que sacáramos un punto me sigue pareciendo una especie de milagro, porque no lo esperaba, porque antes del 1-1, que fue una jugada aislada, o antes del 2-2, es que no dábamos señales de nada, y el pecado de ellos fue pensar que con eso iba a bastar para sacar la victoria. Que los de abajo tengamos el nivel que tenemos es otro punto para pensar que igual nos podemos salvar.
No se puede estar ausente tanto tiempo, sin ideas, sin alma, sin garra, sin nada. El bloqueo mental era gigante, se notaba a la legua, temblaban las piernas, se apagaba la luz, se bajaba el telón, y la suerte que tuvimos es que los de enfrente no vieron claro que si hacían sangre nos mataban. Intento pensar en positivo, buscar motivos para intentar pensar de otro modo que no sea el catastrófico, pero viendo lo que vimos tantos minutos, cuesta.
Y con todo y con eso, el día del Espanyol terminamos en el área rival, y ante el Alavés, también, ¿Que qué menos? Seguro. Pero mi análisis, o lo que sea esto, pretende ir un punto más allá. No son un atajo de sinvergüenzas, ni tampoco de mercenarios como canta la grada. Son lo que son, sin más, y hacen falta refuerzos, y que el aire se despeje y pensar con un poco más de claridad. Y todo lo que conlleva lo que acabo de decir, sin decirlo. Y sí, claro que es posible resucitar a esta gente.