Contarnos mentiras, nosotros mismos, sobre el futuro de Mestalla

El drama "sólo" llega 16 años tarde, porque en el momento en el que se puso la primera piedra del nuevo, el destino quedó sellado

Toni Hernández | 19 OCT. 2024 | 00:01
Mestalla

El Valencia no se puede quedar en el actual Mestalla, por mucho que la sentencia de derribo haya caducado, que luego habría que hablar con los vecinos, y por más pena, rabia y nostalgia que nos dé el hecho de irnos de nuestra casa. Y no, el que defiende encadenarse al actual campo no es más valencianista que el que piensa lo contrario, ya está bien de repartir carnets como si esto fuera la tómbola, que el sentimiento no se mide de esa forma.

Porque encima, en esta historia hay mucha demagogia, mucha. Durante años, muchos años, le estuvimos llamando el bunyol de Paco Roig, y pusimos a Mestalla, a este mismo de hoy pero sin pintar, a parir. Ahora es la pera limonera, aunque igual lo fue siempre, vete a saber. Después hemos estado años dando cera porque no nos íbamos al nuevo, porque no se iba a acabar. Y ahora la cera se da justo por hacer lo que se suponía que no se iba a hacer.

Todo muy nuestro, muy de aquí, muy valencianista, no cabe duda. No, el Valencia no se puede quedar en esta casa y ha de cambiar. A una mejor, porque va a ser mejor, y tiene que dar un salto financiero que nos intente acercar a los que ahora mismo tenemos muy lejos por muchos conceptos. Pero bueno, como en toda esta historia se acaba mezclando todo, y luego vienen las filias y fobias, tampoco me voy a poner a discutir con nadie por algo que es evidente.