Cuando el relato del mal gana siempre en Valencia, algo pasa

En el entorno del Valencia hay mucho cabreo cuando se habla del “todomalismo”. Y no es algo que me guste, porque no lo hace, pero es que hay quien se empeña en que este término esté siempre en boca de todos. En el club, a su alrededor, hay un relato que se viene contando hace años, y del que salirse es poco menos que pecado mortal. Lo digo como lo pienso, y tengo claro que algún amigo se puede enfadar. Pero si no puedo decir lo que pienso de forma libre, igual es que no es tan amigo. Aquí siempre ganan unos, los que apuntan al caos. Y pongo un ejemplo “amable”. 

El drama con Samuel Lino fue, al principio, que era muy malo por ser un desconocido que nadie había visto jugar. Ahora, pasados unos cuantos partidos, el drama es que, como es bueno, resulta que sólo lo tenemos cedido. El mismo chico, las mismas personas, posiciones totalmente distintas. Tendencia al “todomalismo”. Mamardashvili, otro ejemplo. “Un georgiano para el Mestalla”, algo que pasó desapercibido pero en lo que hubo quien dijo que si no había porteros aquí. Juega con los mayores, se sale, y entonces resulta que ha llegado aquí de rebote, que no lo había visto nadie, que llamó a la puerta y le abrieron.

“No renovará y lo venderán por 4 duros”. Y va y renueva, y se le ponen 100 kilos de cláusula. “Lo hacen para venderlo más caro”. Pero no se puede hablar de “todomalismo”, que hay quien se enfada. Carlos Soler. Era una vergüenza no renovarlo. Hasta que el propio Carlos ha empezado a dar explicaciones que le han dejado en muy mal lugar. “Es que Meriton nos lía siempre y nos creemos lo que nos dicen”. Cuando yo, hasta ahora, sólo he oído a Soler dar explicaciones inconexas. El relato manda, está muy claro, y empieza a estar por encima del Valencia, que eso sí que da miedo.