Querido Peter Lim, con todo el respeto que yo aún te tengo: no la podemos cagar más con el Valencia

Con la misma franqueza con la que hablamos hace más de un año, pero sin ese cara a cara que a mi me ganó, tengo que hablar contigo

Toni Hernández | 02 ENE. 2017 | 00:01

Querido Peter Lim, dueño del Valencia y máximo responsable de todo lo que le ocurre al club, con el respeto que te tengo, desde la fe que no pierdo nunca en la que gente que me hace creer, nunca, tengo que decirte algo, tengo que volver a hablar contigo como hace año y medio, cuando en una charla de casi 2 horas pudimos hablar de fútbol y de periodismo, del Valencia y del mundo, con cercanía, con franqueza. Me contaste que te encanta el fútbol, que es la pasión de tu vida, que querrías incluso haber jugado a nivel profesional, como yo también te confesé. Te intenté explicar cómo es el Valencia y su entorno, aunque eso en hora y media no es factible ni hablando muy deprisa. Peter, necesito terminar de explicarte eso, porque ahora, tu club, del que eres dueño, tiene miedo, está acojonado, porque ve que nada sale, que todos se van o los echan, pero sobre todo, porque no gana a nadie. Peter, llegados a este punto, ni Layhoon, ni Murthy, ni nadie que no seas tu en primera persona va a tranquilizar a cientos de miles de personas. Cientos de miles Peter, cientos de miles.

Un buen amigo, en estos días de zozobra, me decía con su habitual pausa: "las inversiones no siempre salen bien. Los negocios a veces no van de la mano. Lim está haciendo un muy buen negocio, pero la inversión le está resultando fallida. Va a llegar el momento de aplicar eso de mejor perder que más perder". Y por quién me lo dijo y cómo me lo dijo, me entró un escalofrío. Porque el Valencia es negocio, debe serlo porque en caso contrario no atraería inversores, que aquí nadie quema el dinero a fondo perdido. Pero aquí tocamos corazón, sentimiento, y no, no sólo puede ser negocio, debe haber algo más. Peter, quizá yo sea el último mono de la compañía, quizá mi opinión te valga lo que un sobre de azucarillo con mensaje, pero escucha a quien siente esto. No sabemos más, no tenemos el dinero para sacarlo adelante, pero conocemos de lo que hablamos.