Empate de un Valencia previsible en medio de una pañolada de aviso
Las finales no se juegan, se ganan, y el equipo de Marcelino tenía una muy importante y encima con la suerte de jugarla en casa
Las finales no se juegan, se ganan, y el equipo de Marcelino tenía una muy importante y encima con la suerte de jugarla en casa
Que a tres dde diciembre se haya terminado la Champions y que en la Liga se sea un drama casi a la deriva, no merece paños calientes, sino autorcrítica y exigencia
Es curioso lo que da de sí este santo deporte, en el que ganar o perder un par de partidos de forma consecutiva cambia todo el trabajo de meses
Se sabe perfectamente que el partido va a ser muy duro, de rompe y rasga, y simplemente hay que ir preparados para una batalla que hay que ganar
Se tiene que ganar como sea el equipo andaluz, porque es un rival directo y porque hace más falta que el respirar, por todo
La única misión que se tiene el sábado es traer los 3 puntos de vuelta a casa, porque hacen falta como el respirar para llegar al objetivo
Son demasiados partidos, demasiados palos a una afición ilusionada, y sobre todo, demasiada ventaja concedida para luchar por el objetivo
Todo el mundo debe ser consciente de lo que hay en juego, y que estar divididos es un solamente un problema añadido en este momento
No se puede poner el listón tan bajo, no se puede ser tan condesciente, no se puede dejar de hacer autocrítica porque tienes miedo de ella
Quedan 26 partidos para que termine la Liga, nada menos que 78 puntos, pero hay que hacer en torno a 50 para asegurarse esa posición