Vaciar Mestalla y ser del Valencia

Estaré siempre en contra de vaciar Mestalla el día que juegue el Valencia. Siempre. Respeto a quien piense lo contrario, pero jamás en mi vida estaré a favor de no entrar en mi casa cuando están los míos dentro. Tampoco pretendo convencer a nadie, ni desde luego, pienso admitir que me intenten convencer a mí.

Si hay que protestar, que es obvio que sí, he sido partidario toda la vida de hacerlo dentro, con el campo lleno, y diciéndole a quien toque lo que toca. Es mi forma de pensar y de sentir, es mi manera de vivir el valencianismo, y con la edad que tengo, tengo muy claro que no va a venir nadie a cambiármela.

Entiendo al que busca otra cosa, al que pretende otro efecto, al que quiere ir un paso más allá o, simplemente, pretende hace algo distinto buscando que ocurra algo que no ha pasado hasta ahora. Pero en mi cabeza eso no cabe. Y no digo cuando el equipo lo necesita más que nunca, porque mí eso es lo más importante, e insisto, me parece perfecto quien disienta de esta manera de ver a mi club, que también es el suyo, faltaría más.

Lo que no voy a tolerar, ni a comprender, es que haya una persecución al que piense o actúe distinto, porque quien hace eso no respeta, y por lo tanto, no es de respetar, ni sus actos ni sus palabras. El respeto es absolutamente esencial, porque este club es tan gran grande, en buena medida, por la enorme diversidad que existe, y si matamos eso, de alguna forma estamos matando al Valencia también. Además, con lo sencillo que es comprender que cada uno vive esto a su forma y manera…