Jesús Vázquez o cómo cambiar tu propio destino

Ya no es el hijo de Braulio, que ya estaba bien, porque ahora le toca madurar y crecer, y demostrar que ciertas decisiones tenían sentido

Toni Hernández | 28 ABR. 2024 | 00:03
Jesús Vázquez

Jesús Vázquez no lo ha tenido fácil en el Valencia, ni lo va a tener. Por muchos condicionantes, algunos justos, otros no tanto. Porque para empezar, como ya le pasó a Toni Lato, le va a tocar lidiar con la sombra de José Luis Gayà, que salvo que se lesione, al menos de momento, va a jugar siempre por delante de él.

Esa jerarquía, algo absolutamente normal, va a ser parte de su carrera por estos lares, si renueva su contrato, que es otro tema candente, ya que acaba en 2025 y, al menos de momento, no se ha producido movimiento alguno.

Su agente, por cierto, es Héctor Peris, el mismo que Ferran Torres, para ponerlo todo en contexto. En el último año y medio ha pasado de todo en su vida, absolutamente de todo, y más bien tirando a malo que bueno. Estaba en la cúspide, para su edad y bagaje, tenía ofertas para irse, aunque terminó ampliando su contrato, se le dejó despejado el camino con la marcha de Lato, pero sus problemas físicos, y alguna cosa más que ha logrado vences, le habían puesto una especie de ancla que le impedía crecer.

Parece que muchos fantasmas se están alejando, que de hecho ya están completamente ahuyentados, y eso está haciendo que Jesús vaya dando pasos, firmes y claros. Y eso es una buena noticia para él y para el Valencia, porque a fin de cuentas, fue la apuesta de la entidad, y eso tiene que salir bien por muchas razones.

Que siga creciendo, que siga mejorando, que siga siendo el chaval por el que se tomaron una serie de decisiones que, y no me escondo, dije que no entendía, pero que ahora mismo, en este contexto de las cosas, tiene que salir bien.