Discutir los fichajes del Valencia

Discutir los fichajes del Valencia, por caros, por malos, porque los demás lo hacen mejor, porque nosotros siempre llegamos tarde, nos toman el pelo, vendemos barato, es una especie de tónica y cruza que nos persigue desde tiempos inmemoriales, y que ahora con las redes sociales ha tomado un vuelo que, simplemente, no se puede aguantar porque se hace muy pesado. Todo viene mal, nadie está contento con nada, y por supuesto, los demás lo hacen mucho mejor. Esos suelen ser los argumentos de cada verano por estas fechas. Incluso está el caso de la aceptación toral como pasó el año pasado con Michy Batshuayi, para luego leer un reguero de comentarios que podían resumirse con nuestro manido, y por mi parte odiado, “ya lo decía yo”.

Ir al mercado con el dinero justo, que aquí parece que vayamos del palo del PSG o del Manchester City, hace que tengas que apretar las operaciones, que incluso debas jugar partidas largas, hasta puede que tengas que levantarte de una mesa y dar un portazo para marcharte. Aquí pensamos que todo es fácil, que nos deben vender buenos jugador a precios de risa, y que nosotros vamos a mandar a los nuestros donde nos dé la gana como si fueran oro en paño. Y por supuesto, si eso no sucede es que somos unos inútiles, faltaría más. No respetemos nada el trabajo de profesionales, los mismos que llevan dos años metiendo al equipo en Champions League, en 3 semifinales, que han ganado un título o que han hecho que el valor de la plantilla sea de 500 millones de euros. Nos da todo igual.