La figura de alguien que una al entorno del Valencia es algo que hace mucha falta, desde hace mucho tiempo. Y para todos aquellos que han pensado en esto, o mejor dicho, en ser ellos, hay varias condiciones que no podemos pasar por alto, para que de verdad sirva para algo. Lo primero es que tiene que ser “nuevo”, es decir, sin mancha, sin bandos, sin que haya estado ya metida en guerras de estas nuestras que desgastan por encima de todo y que ni aportan nada.
Me va a explotar la cabeza, tengo ganas de llorar, no puedo con mis nervios, pero el Valencia ha ganado. Volvemos a ganar. Esto es lo que nos viene hasta el final. Vamos a sufrir como perros, pero lo vamos a conseguir. No vamos a bajar, no vamos a dejar que pase. Quedan 18 jornadas que van a ser como el partido de la Real, pero mucho más salvaje, y eso hay que estar dispuestos a pasarlo, porque no va a ser nada bonito.
Si después de todo, la afición del Valencia no se une de verdad, nos vamos al carajo. Así de claro, así de triste y así de duro. Y no valen medias tintas ni las excusas de siempre. Peter Lim y Meriton siguen ahí, en el mismo sitio que hace 10 años, y sin dar un paso atrás desde hace 4, cuando comenzaron las protestas masivas y los movimientos sociales. Y esa guerra, por más que duela, no la ganamos nosotros, creo que debería estar ya claro.
El Valencia no va a permitir que se rían del club ni de su afición, y aunque haya cuatro indocumentados que intenten sacar partido de algo que no tiene recorrido, lo cierto es que la postura está clara, secundada y apoyada por la inmensa mayoría del valencianismo. Que el partido contra el Barcelona se vaya a jugar en el Johan Cruyff es una canallada de muchos calado, ya no por el fútbol en sí o por los tres puntos, sino por algo que va más allá.
El valencianismo siempre se une cuando pasa algo muy grave que nos hace recapacitar a todos. De alguna manera es como la vida misma, como la sociedad en la que estamos. Nos pasamos la vida discutiendo por cosas que no tienen importancia, haciendo que parezcan básicas para cualquiera de nosotros, y en un momento determinado, la vida real nos despierta de ese sueño y nos centra en las cosas realmente importantes.
La unión en el entorno del Valencia es algo que me he repetido muchas veces, para ver si así me lograba engañar. Y después de más años de los que puedo recordar, que ya va siendo un drama, tengo claro que es totalmente imposible.
La figura de alguien que una al entorno del Valencia es algo que hace mucha falta, desde hace mucho tiempo. Y para todos aquellos que han pensado en esto, o mejor dicho, en ser ellos, hay varias condiciones que no podemos pasar por epato, para que de verdad sirva para algo. Lo primero es que tiene que ser “nuevo”, es decir, sin mancha, sin bandos, sin que haya estado ya metida en guerras de estas nuestras que desgastan por encima de todo y que ni aportan nada.
Una persona que una, sin fisuras, a todos los que somos del Valencia. Es algo de lo que vengo hablando años, muchos años, y que en este tiempo sólo he visto representada en la figura de Jaume Ortí, que antes de irse debía haber sido ese hilo conductor entre todos. Alguien que suscitara consenso, sin enemigos y con su club por bandera. Que antepusiera el bien general sobre el particular, y que hiciera de esa generosidad una filosofía de vida.
La figura de alguien que una al entorno del Valencia es algo que hace mucha falta, desde hace mucho tiempo. Y para todos aquellos que han pensado en esto, o mejor dicho, en ser ellos, hay varias condiciones que no podemos pasar por alto, para que de verdad sirva para algo. Lo primero es que tiene que ser “nuevo”, es decir, sin mancha, sin bandos, sin que haya estado ya metida en guerras de estas nuestras que desgastan por encima de todo y que ni aportan nada.
El Valencia no va a permitir que se rían del club ni de su afición, y aunque haya cuatro indocumentados que intenten sacar partido de algo que no tiene recorrido, lo cierto es que la postura está clara, secundada y apoyada por la inmensa mayoría del valencianismo. Que el partido contra el Barcelona se vaya a jugar en el Johan Cruyff es una canallada de muchos calado, ya no por el fútbol en sí o por los tres puntos, sino por algo que va más allá.
Me va a explotar la cabeza, tengo ganas de llorar, no puedo con mis nervios, pero el Valencia ha ganado. Volvemos a ganar. Esto es lo que nos viene hasta el final. Vamos a sufrir como perros, pero lo vamos a conseguir. No vamos a bajar, no vamos a dejar que pase. Quedan 18 jornadas que van a ser como el partido de la Real, pero mucho más salvaje, y eso hay que estar dispuestos a pasarlo, porque no va a ser nada bonito.
El valencianismo siempre se une cuando pasa algo muy grave que nos hace recapacitar a todos. De alguna manera es como la vida misma, como la sociedad en la que estamos. Nos pasamos la vida discutiendo por cosas que no tienen importancia, haciendo que parezcan básicas para cualquiera de nosotros, y en un momento determinado, la vida real nos despierta de ese sueño y nos centra en las cosas realmente importantes.
Si después de todo, la afición del Valencia no se une de verdad, nos vamos al carajo. Así de claro, así de triste y así de duro. Y no valen medias tintas ni las excusas de siempre. Peter Lim y Meriton siguen ahí, en el mismo sitio que hace 10 años, y sin dar un paso atrás desde hace 4, cuando comenzaron las protestas masivas y los movimientos sociales. Y esa guerra, por más que duela, no la ganamos nosotros, creo que debería estar ya claro.
La unión en el entorno del Valencia es algo que me he repetido muchas veces, para ver si así me lograba engañar. Y después de más años de los que puedo recordar, que ya va siendo un drama, tengo claro que es totalmente imposible.
La figura de alguien que una al entorno del Valencia es algo que hace mucha falta, desde hace mucho tiempo. Y para todos aquellos que han pensado en esto, o mejor dicho, en ser ellos, hay varias condiciones que no podemos pasar por epato, para que de verdad sirva para algo. Lo primero es que tiene que ser “nuevo”, es decir, sin mancha, sin bandos, sin que haya estado ya metida en guerras de estas nuestras que desgastan por encima de todo y que ni aportan nada.
Una persona que una, sin fisuras, a todos los que somos del Valencia. Es algo de lo que vengo hablando años, muchos años, y que en este tiempo sólo he visto representada en la figura de Jaume Ortí, que antes de irse debía haber sido ese hilo conductor entre todos. Alguien que suscitara consenso, sin enemigos y con su club por bandera. Que antepusiera el bien general sobre el particular, y que hiciera de esa generosidad una filosofía de vida.