Hoy el Valencia juega otra final por evitar el descenso, y como hasta ahora, la tiene que ganar. Esto no se ha terminado, ni mucho menos, y aunque tengamos mejor cara que hace algo más de tres meses, seguimos en el hospital, que a nadie se le olvide porque lo contrario sería muy peligroso.
Sigo apelando al miedo que venimos padeciendo todo este tiempo, porque es el que nos han mantenido vivos, el que nos lleva a llenar Mestalla cada encuentro, a terminar las entradas de visitante en casa salida.