El imposible arreglo del Valencia de Peter Lim

Lo de espolear a la gente con el "vamos a echarlo" está muy bien, pero o tenemos claros los imposibles,  acabaremos muy mal

Toni Hernández | 06 FEB. 2023 | 00:02
Lim OUT

El Valencia de Peter Lim sólo tiene un arreglo posible, y es que lo venda a otro inversor. Ese es el drama que tenemos en nuestro entorno, porque a mí me gusta tan poco como a cualquiera, y es por eso que estar pegándome cabezazos contra la pared, consciente de que no sirve para nada, no entra en mi filosofía de vida. Decir esto, según algunos sectores del valencianismo, es blanquear a Lim, comparando la velocidad con el tocino, y de ahí no quieren salir.

Ese bloqueo, que puedo llegar a entender, pero hasta cierto límite, es lo que encima está generando una guerra de unos contra otros, como si de verdad hubiera alguien en esta ciudad que defendiera a Lim o a Meriton de verdad. Que no queramos ver las cosas no implica que no las tengamos delante, y aunque respeto siempre la opinión de cualquiera, tampoco es de recibo que se quiera imponer una visión única de la realidad. Lim no se va a ir, no lo vamos a echar, eso es algo que debemos entender aunque no queramos, y la única opción que existe es que haya alguien que venga y le compre.

De fuera o de casa, aunque de lo segundo perdí hace mucho cualquier esperanza. Se ha intentado por la vía judicial, y hasta la fecha, no se ha podido hacer nada, porque los jueces han estimado que no hay delito alguno, algo que tampoco nos debería molestar, pero que lo hace. A partir de esta maldita realidad, que es como un grano gigante en el trasero, podemos tomar distintas opciones, porque aquí todo el mundo es libre de tirar por el camino que quiera.

Mostrar disconformidad con la propiedad es obligado, sin duda, como lo ha sido toda la vida. Traspasar algunas líneas rojas como perseguir a jugadores por la calle o montar un ambiente de guerra en Mestalla que vaya contra el equipo, ya no lo veo tan claro. Pero nosotros sabremos, cada uno, lo que tiene que hacer. Aunque como digo, la verdad es la que es, estamos como estamos, y de esta no salimos gritando o sacando pañuelos.