Giorgi Mamardashvili, el portero titular del Valencia

Llegados a este punto de gestión de la portería, el camino parece bastante claro para el corto, medio y largo plazo en el club

Toni Hernández | 04 MAR. 2022 | 00:02
Giorgi Mamardashvili

El portero titular del Valencia, hasta el final, tiene que ser Giorgi Mamardashvili. La gestión de este asunto no ha sido fácil, porque las lesiones han lastrado muchas cosas y mediatizado algunas decisiones, pero por lo que sea, se ha llegado a este punto en este momento del año. Jasper Cillessen lesionado una vez más, Jaume que ha cedido su rol en el césped desde el partido de ida de las semifinales de Copa en Bilbao, y el georgiano mostrando un nivel realmente bueno, mejor arropado con un sistema defensivo que es mejor que en los últimos tiempos, algo que sin duda ayuda a esa mayor seguridad atrás. Ahora no podemos cejar en la apuesta, es decir, tiene que seguir jugando, porque lo que haya pasado hasta ahora ya da lo mismo.

Y por eso, asumiendo los posibles errores que seguirá cometiendo, porque no deja de ser un chico muy joven que está en formación, la pinta es que dentro de 30-40 partidos tenemos uno de los mejores porteros de Europa, y siendo aún sub23, con todo lo que eso conlleva. No sé qué hará Bordalás, y como siempre digo en estos casos, lo que sea, bien estará, pero si yo fuera él (que afortunadamente para el Valencia no lo soy), Mamar jugaría todos los partidos al menos hasta el 23 de abril, eso lo tengo muy claro. Veo además a un chico más tranquilo, más maduro, más reposado.

Todo lo que vivió en verano y en los primeros partidos de Liga sirvió de mucho, pero igualmente le hizo vivir un carrusel de sensaciones que después se tienen que madurar, y estos meses sin jugar le han servido para ello. Sus condiciones son innegables, y eso lo estamos viendo, pero como a todo crío de su edad, le faltaba, y la falta, el poso de la experiencia. Ahora es el momento de darle esa confianza hasta el final, de tirar con él pase lo que pase, y en verano, lógicamente, actuar en consecuencia, porque es obvio que debe haber cambios importantes en forma de salida y de llegada.