Las pintadas cobardes en el entorno del Valencia

Las pintadas de este fin de semana escriben a parte del entorno del Valencia. Primero a los maleducados irrespetuosos que manchan el cauce del Turia con semejante bazofia. Después a aquellos, pocos gracias a Dios, que aplauden que se lleven a cabo estos actos vandálicos, porque son eso, sin más. Para continuar, a aquellos que se ponen de perfil porque les viene bien, o al menos no mal, y no salen en esa foto.

Y por último, a los que durante años llevan echando gasolina a un incendio que no tiene sentido, y en el que al final pasará algo que todos terminamos lamentando. Son muchos diciendo que este entorno es tóxico, que da agonía, que se ha promovido un falso guerracivilismo entre valencianistas que no tiene razón de ser, que el señalamiento, por parte de aficionados y también de la opinión pública, ha sido algo habitual, como si esa burrada se pudiera normalizar de alguna manera.

La barra libre ha durado tanto, y ha sido tan “libre”, que ahora mismo no hay forma de dar marcha atrás, de poner el freno, de parar esta locura. Se ha denunciado que aquí había que pensar sólo de una forma, o eras malo, eras un vendido, un “meritoner”. Pues bien, como afortunadamente hay mucha gente muy inteligente, y que no se deja influenciar, cada vez son más lo que alzan la voz, y que por tanto se llevan palos públicos como si hubieran cometido algún delito.

Vergonzoso y lamentable, con todas las letras, porque no se puede calificar de otro modo. Y a mí no se me caen los anillos: un abrazo y mucha fuerza a Nacho Sanchis, Fran Guaita y Julio Insa, periodistas, y el último mi maestro. Y a Layhoon, Javier Solís y Miguel Ángel Corona, porque se puede juzgar una labor profesional, pero eso es otra cosa muy distinta a un linchamiento con espectadores, que encima, aplaude.