Orgulloso del Valencia de Baraja

El valencianismo debe estar muy orgulloso del Valencia de Baraja. Y lo digo después de encajar 4 goles en Barcelona, un castigo más que excesivo, porque la sensación que dimos fue la de ser un equipo, con todas las letras, en mayúsculas. Con una media de edad de 21,9 años, con bajas de todos los colores, con un arbitraje lamentable y escandaloso, con ese golpe de mala fortuna que fue la expulsión, justa de Mamardashvili. Con todo.

Que hayamos llegado a la jornada 33 para entrar en Europa, una lucha de la que no estamos fuera, es algo que debemos poner en valor, por el fondo y por la forma. Hay un trabajo tremendo, una identificación con las ideas que es dificil de conseguir, una creencia en lo que se hace que sólo se logra cuando tu entrenador es mucho más que eso. Por esa misma razón, estas derrotas duelen más de lo normal, porque tienen ese punto de injusticia que no merecemos.

No sé qué pasará el verano que está a la vuelta de la esquina, y de alguna manera, tampoco es algo que tenga prisa en descubrir. Tengo el convencimiento de que podemos dejar pasar la opción de hacer un equipo enorme de presente y de futuro con gente de casa, a la que podrías reforzar con tipos diferenciales de fuera. Y que si todo eso lo pusiéramos en las manos del Pipo, íbamos a ver cosas muy bonitas en Mestalla. Muy orgulloso, esa es la única verdad.