La compra del Valencia… con mucho dinero

Comprar el Valencia cuesta, en verdad, unos 900 millones de euros. Y no, no es lo que pide Peter Lim por sus acciones, cuya cifra supone, más o menos, el 50% de ese importe. Aquí somos muy “felices” pensando que le podemos comprar al máximo accionista con 4 perras, y luego gestionar lo que haya.

Es lo que pasa cuando se distorsiona la realidad de forma constante durante tanto tiempo, y al final te das de bruces con ella en su cruda extensión. Lim quiere lo que quiera, y lo pedirá de forma clara cuando el Nuevo Mestalla esté en marcha, el actual vendido, y el convenio firmado.

Porque tiene que ser así, con él o con quien sea, mal que nos pese. Pero luego está la deuda neta, que se va a unos 300 millones de euros y que se tiene que asumir (que igual se piensan que nos la van a perdonar), y la terminación del campo, que si encima se pudiera hacer sin CVC, que es algo positivo pero no deja de ser un préstamo, mucho mejor.

Y todo eso, entiendo que esta vez se le hará firmar poco menos que con sangre al que venga, que no nos volverá a pasar como en 2014, que todo se dio por bueno de palabra, y así nos luce el palo una década más tarde. No sé si el Valencia vale ese dinero, porque soy incapaz de ponerle un valor a una de las cosas que más quiero en el mundo, pero desde luego es lo que cuesta.

Ahora nos podemos empezar a preguntar quién está capacitado para una tarea de esta altura, a todos los niveles. Y veremos como muchos de los que andan por ahí hablando y hablando, desaparece el segundo uno.