En el Valencia, cuanto peor, ¿mejor?

La molesta sensación de que va bien que el Valencia le vaya mal. Hablo sólo de la parte deportiva, una vez conseguida la permanencia, porque se antoja imposible que ninguno de los de abajo nos pueda coger. Es como si se necesitara más caldo de cultivo para tener más razón, como si realmente eso fuera necesario, que desde luego no lo es.

Es como si para el sábado hiciera falta una debacle, que las cosas fueran peor aún, que estuviéramos más cerca del descenso y más lejos de Europa. Como si el hecho de que fuéramos primeros cambiara algo respecto a la gestión de Peter Lim en los últimos años. No hace falta todo eso, lo mismo que insistir en que la temporada ya se ha acabado, para que el fútbol no tenga importancia y todo sea guerra y follón.

Que se manifieste todo el mundo, ojalá 50.000 el sábado por toda la ciudad, pero es que una cosa no tiene nada que ver con la otra, y siempre el perjudicado es el mismo: el Valencia. Es como si el trabajo de Baraja y de los nanos no valiera para nada, que fuéramos nosotros mismos los que lo hacemos de menos, que es una locura absoluta.

Yo haría cualquier manifestación siempre en Mestalla y con el campo lleno, como toda la vida. Y si el equipo está arriba, pues mejor, porque repito, nada tiene que ver una cosa con la otra, por más que algunos se quieran empeñar.

Porque lo peor es cuando otros pensamos que el año no se ha terminado y lo decimos, que en ese momento pasamos a ser unos mamadores de Meriton y estamos a sueldo. Porque lo de la libertad de pensamiento es una asignatura que no tenemos muy trabajada por estos lares, y en estos trances se nos nota mucho más de la cuenta, no cabe duda de ello.