El Valencia se arregla con dinero, con nada más

Para que Peter Lim venda el Valencia, alguien lo tiene que comprar. La frase puede parece simple, que de alguna forma lo es, pero dentro de esa aparente ausencia de complejidad encierra muchas cosas que no se solucionan, ni se ven, lo que provoca muchos problemas. Al grito de "vamos a obligarle a que venda", como si eso fuera posible, nos lanzamos una y otra vez a la calle, a las redes y a los medios, buscando un Santo Grial que nunca aparece.

Y no, de ninguna manera digo que no haya que ir a la manifestación del sábado, primero porque cada uno es mayor para decidir lo que quiere hacer, y segundo, porque creo que ver a miles de personas en la calle reclamando cambios, malo, no es. Otra cosa es lo que pienso de la efectividad de este movimiento, pero es que son cosas muy distintas, y que no se enfade nadie, o que sí lo haga, pero que no se coarte mi libertad ni la de ningún otro.

Aquí necesitamos un comprador por encima de todo, que cuando aparezca tendrá otras aristas, porque no me cabe duda de que le vamos a decir lo que tiene que hacer, pero es imprescindible que esa figura haga acto de presencia. Y para que eso pase, y ya le podemos dar vueltas y más vueltas, el club, a nivel de futuro, no puede ser la jaula de grillos que es ahora, y desde luego, no ha de estar con esa absoluta inseguridad jurídica. Y a partir de ahí, que cada uno piense lo que quiera.