El gran problema del Valencia de Meriton

El Valencia de Meriton tiene un problema terrible: la falta de credibilidad. El entorno no traga una sola palabra de lo que salga de dentro de club, y eso es terrible para una entidad como la nuestra, y más en el contexto en el que ahora se mueve todo en el mundo del fútbol. Porque al final, esa absoluta debilidad es aprovechada por todos, ya que saben que su mensaje sí va a calar, sea cierto o no, y que el Valencia tiene pocos argumentos para poder rebatir nada, aunque realmente tenga la razón sobre cualquier asunto.

Y el gran drama es que eso no tiene vuelta, o al menos yo no se la veo, porque lo hemos visto de forma meridiana en el caso de Rafa Mir. Sale Víctor Orta, dice lo que tiene que decir, se toma como realidad absoluta, y aunque luego se ha ido demostrando que no es así, y que el director deportivo sevillista le han llamado mentiroso a la cara varias personas distintas, aquí no se cede ni medio milímetro.

Eso merma, y mucho, al Valencia, más de lo que nos podamos imaginar, y no veo la manera de poder corregirlo o solucionarlo. La culpa, desde luego, la tiene la errática política de Meriton durante muchos años, que al final ha hecho callo, y eso ha quedado institucionalizado poco menos que para siempre de una forma que yo no podemos solucionar.

Se pueden controlar más los tiempos, la contundencia, las intervenciones, pero realmente da igual, porque se diga lo que se diga, ya hay una sentencia en firme, y no nos damos cuenta que eso no va contra Peter Lim, que es por donde se supone que tenemos que apretar, sino contra el propio club, que es al final el que termina pagando los platos rotos de cada fiesta.