¿El Valencia se puede quedar en el actual Mestalla?

El debate es mucho más nostálgico que real, aunque para todo hay argumentos, pero sin olvidar la realidad de las cosas

Toni Hernández | 11 SEPT. 2023 | 00:01
Mestalla

¿Se puede quedar el Valencia en el actual Mestalla? La pregunta la vi planteada hace unos días en el programa nocturno de la radio autonómica. Las respuestas son de todo tipo, pero quizá, lo primero que habría que determinar es si responde la cabeza o lo hace el corazón. Porque quien suscribe, si habla sólo por lo segundo, no se iría jamás de nuestra actual casa, jamás, pero si se hace con lo primero, y pensando las cosas con mucha frialdad…

Todos los clubes importantes de España y de Europa, todos, o han hecho una remodelación brutal a sus estadio o se han mudado a otros más grandes, nuevos y cómodos. El actual Mestalla no puede ser ni más grande ni contar con la capacidad de generar dinero que se debe buscar hoy en día en este tipo de recintos. No entro en que nos hemos gastado decenas de millones en lo que debe ser nuestro futuro campo, ese que dicen que es low cost pero que para nada en absoluto, que si es por eso no hay mucho más que hablar.

En 2006 se tomó una decisión por parte de mucha gente, que contó con la negativa de los nostálgicos pero también con el beneplácito general. Desde entonces hasta ahora han cambiado muchas cosas, pero no la esencia de todo aquello. Un campo que sea capaz de tener más espectadores, que estén más cómodos y que puedan consumir los 7 días de la semana para generar más ingresos.

Además, la venta de las parcelas del actual estadio para poder cancelar las hipotecas suscritas con ellas en el siglo pasado y poder borrar una enorme parte de la deuda. El corazón y el valencianismo nos dicen unas cosas, nos las dicen alto y claro, pero el raciocinio y el sentido común dicen otras, igualmente claras y de argumentos aplastantes, y tampoco se pueden obviar. El debate puede ser enriquecedor, siempre lo es, pero teniendo en cuenta todas las circunstancias, porque en caso contrario generas una expectativas que, por desgracia, hace ya muchos años que dejó de existir.