El Valencia va a la guerra con chiquillos

Ir a la guerra de la Liga con niños que son el futuro del Valencia, pero no deberían ser el presente. La foto actual de la plantilla es la que es, y resulta muy dura de asimilar por distintos aspectos. El día de la presentación me llamaba poderosamente la atención ver los números de los jugadores que saltaban al campo, por encima de los nombres.

Muchos por encima del 25, muchos chavales del filial, mucho talento por pulir y por formar, que ahora no hay más remedio que poner en primera línea de fuego, con todo lo que eso puede conllevar. Hay una buena generación, tiene muy buena pinta, y ahora, en lugar de su proceso natural, la velocidad con la que pueden pasar las cosas hace que su futuro sea incierto, porque estas cosas no se puede saber cómo van a terminar.

Me parece muy injusto lo que les vamos a hacer, y todo ello sabiendo que incluso puede ser que salga bien, porque el fútbol es así de miserable, pero no es la manera correcta de proceder, y eso lo sabemos todos. Se ve un grupo honrado, que va a dignificar la camiseta, que se va a dejar lo que tenga y lo que no tenga, pero hay veces en las que intentarlo todo no es suficiente.

Disfruto viendo críos en el primer equipo, cómo crecen, cómo mejoran y cómo se equivocan, pero eso tiene un precio, un precio que puede ser muy caro en función de muchas variables. Y por encima de todo, recordemos que esos chavales no tienen la culpa de nada, de absolutamente nada de lo que pase.