Valencia CF, pobre propuesta y muchas pulsaciones

Tras la dolorosa derrota ante el Sevilla gran parte de la afición veía al equipo en segunda división, la posición en la tabla era dramática y el equipo no daba sensaciones buenas. Han bastado dos encuentros para que el horizonte se vea de manera muy diferente aunque en lo futbolístico tampoco han cambiado tantas cosas. Un partido serio pero poco brillante en Elche y un encuentro marcado por las emociones y las pulsaciones altas hacen albergar esperanzas de salvación.

El nerviosismo y las ganas de hacerlo bien marcaron el encuentro ante el Valladolid para lo bueno y lo malo. Diakhaby encarnó a la perfección la situación actual de la plantilla, tuvo un error incomprensible en los primeros minutos pero más tarde se resarció, los contrastes en el juego del ex del Lyon son frecuentes, también los errores y sus alocadas incorporaciones al ataque. Hay que valorar que no se viniera abajo y debemos reseñar también el hecho de que Samuel Lino demostrara descaro para liderar al equipo en ataque.

En el descuento se produjo un momento mágico, inolvidable para Javi Guerra y con mucho simbolismo teniendo en cuenta la agónica situación. Un canterano salió al rescate y Mestalla cantó al unísino uno de los goles más celebrados de los últimos años. El estado de ánimo mandaba y esta vez la moneda cayó de cara, hacía mucho tiempo que no se vivía un escenario parecido en Mestalla ya que se ha sufrido demasiado. Esta inyección de moral permitirá al equipo crecer en argumentos futbolísticos, la clave decisiva para salvarse.