El factor Mestalla y que el Valencia se gane su apoyo

Mestalla, si el Valencia no ayuda, no hace milagros. No se trata de volver a poner lo mismo cada semana, primero porque me aburre hasta a mí, y segundo, porque el que lo lea, tiene que estar harto de la cantinela en bucle. Si el equipo no da todo lo que tiene que dar, el campo tendrá toda la mística que queramos, que así es, pero no va a rematar un córner ni evitar una ocasión del rival.

Mestalla estará lleno, hasta arriba, porque encima el lunes es fiesta, y nadie tendrá prisa cuando finalice el partido. Más allá de las iniciativas que se preparan para protestar contra Meriton, que todo me parece maravilloso, el ambiente será brutal, de los que gusta a los jugadores, con apoyo total y absoluto para el Valencia, que es el primer gol que debemos meter.

Y lo meteremos, como ha pasado siempre, y seguirá pasando, que para Elche ya verás como acabamos siendo más de 2.000 en las gradas. Pero repito una vez más, si nuestro campo tiene un algo distinto es por dos factores. El primero es su gente, su afición, los que llenamos esas gradas desde el día que nacimos. Y lo segundo un equipo que se deje el alma, con más o menos acierto, pero que cuando acabe un partido no pueda ni moverse, que literalmente haya que sacarlos a todos en camilla por el esfuerzo.

No pido otra cosa, nadie pide algo distinto, porque sabemos cuál es el nivel real de este grupo, con sus carencias, y porque tenemos claro que los culpables están en el palco, o mejor dicho, en Singapur, sin ninguna intención de pasarse por aquí, dicho sea de paso. La magia de Mestalla es algo que no se toca, que se cuida y se reverencia, y sobre todo que se trabaja y que se gana, porque si no das los que debes, no puedes esperar que nadie lo haga por ti. Y eso bien lo sabe mi querido amigo Rubén Baraja.