Otra final que debemos ganar en Mestalla

Y una semana más, todos los aficionados del Valencia nos encomendamos a Mestalla. Me he preguntado muchas veces en vida lo que nos diría ese estadio si pudiera hablar, y en demasiadas ocasiones he preferido no saberlo, por si acaso. Estas palabras que estás leyendo podrían valer para cualquiera de los dos partidos anteriores al Rayo, y para los que que nos queden hasta el final, aunque ojalá y que esta agonía pueda terminar cuanto antes, porque el valencianismo, por muchas cosas mal que hayamos hecho, no nos merecemos este sufrimiento mezclado con una sensación de vergüenza que no nos la podemos quitar de encima.

Nos la jugamos, de nuevo, esta vez un lunes por la noche de comienzo de Semana Santa, pero nos la jugamos, vaya que si nos la jugamos. Y allí estaremos, claro que sí, porque si fuera por fidelidad en las buenas y en las malas, llevaríamos más Champions que nadie. Y haremos toda la fuerza del mundo, y un poco más. Y le chillaremos a la propiedad, porque esa batalla ya no tiene fin hasta el día en que todo se acabe. Y miraremos a las gradas y a los asientos de Mestalla buscando a los que ya no están para que ellos también nos ayuden.

He pasado, como todos, por muchas cosas en el Valencia, pero como está ninguna, ni si quiera de la de 1986, que terminó como todos sabemos. Querido Mestalla, volver a pedirte algo será poco menos que de mala educación, pero sabes cómo nosotros que este equipo nos necesita a todos, pero a todos, y a ti el primero, porque casi te diría que eres en el que más confiamos todos, y eso que no todavía no te he visto marcar un gol en mi vida… aunque has ayudado como nadie a que llegaran todos los que he podido celebrar. Otra final que venimos a jugar a nuestra casa, y allí estarás tú, dándonos cobijo de todo tipo, como ha pasado toda la vida.