Todos en el Valencia sabemos de economía estos días

El Valencia es un pozo de sabiduría inmensa, sin límite. Igual damos clases magistrales sobre urbanismo que de medicina, o en el mismo café sentamos cátedra sobre fútbol y hacemos una memoria económica de primer nivel mundial. Nosotros somos así, a lo que nos ponemos, campeones del mundo con la gorra. Además, tenemos la capacidad de ver de manera totalmente distinta la misma realidad, lo que se podría considerar un fenómenos paranormal… en el mejor de los casos.

Hace años que me enfrascaba en estas batallas, incluso molestaba a buenos amigos, expertos de verdad en cada materia, para que me dieran su opinión, siempre en base a su experiencia y conocimientos. Hasta que uno de ellos, que no relevará el nombre, me dijo que daba igual, que la gente que estaba dispuesta a escuchar y “comprar” una cosa lo iba a hacer de todos modos, y que si en su cabeza estaba lo contrario, no se le iba a cambiar de idea.

Y ante semejante genialidad, porque esa es la gran verdad, me rendí y, simplemente, me he dedicado a intentar leer y escuchar todas las opiniones posibles sobre cada tema, para intentar hacerme una composición de lugar lo más aproximada posible, que tampoco es nada fácil. Esta semana han tocado las cuentas del club, que son las que son y no creo que nadie se haya sorprendido, más allá de alguna sobre actuación, y que lo que sí ponen de manifiesto es algo que hemos tenido aquí desde hace muchos años: vivir por encima de nuestras posibilidades, es decir, gastar más de lo que se ingresa.

Y no doy mi opinión, válgame con la cantidad de especialistas doctos que hay, pero dos cosas son claras: Lim no ha solucionado este mal endémico, y éste viene de mucho más atrás. Y ambas cosas son indiscutibles aunque con una salvedad, y es que el de Singapur es dueño del club, y eso nunca se había dado de esta manera.