El Valencia de nuevo está brillante, pero le falta contundencia, y suerte

Partido brillante en muchos momentos, pero en el que faltó oficio defensivo, con errores que no se pueden cometer de ninguna manera

Toni Hernández | 18 OCT. 2022 | 20:28
Cavani

El Sevilla - Valencia era de esos partidos que tienes la sensación de puerta grande o enfermería, porque todo lo que le rodea hace que pienses que va a ser algo así. Gattuso metía rotaciones, algunas bastante sensatas, y con caras poco habituales como Foulquier. Y era el galo el que se marcaba una jugada extraordinaria en el minuto 6 para que, de nuevo, Cavani, marcara al segundo palo el 0-1. Si había un inicio idílico, tenía que ser muy parecido a eso.

El Sevilla parecía KO, pero a estos equipos no los puedes dar por muertos, y en el 16, Rafa Mir pegaba un latigazo que obligaba a Mamardashvili a hacer una parada gigante… sólo 30 segundos antes de volver a hacer otro milagro de nuevo a otro remate de Mir, esta vez de cabeza tras la jugada del córner de su primera intervención. Había que parar las embestidas como fuera, y eso pasaba por tener más la pelota. Y hacer daño arriba. Ilaix lo tenía todo de cara en un córner y remataba fuera. Pero en la siguiente jugada en el 25, los locales perdían la pelota en salida dentro de su propia área, tras gran presión de Lino, y el brasileño no marcaba por muy poco.

Y en el 28, Lino volvía a ver a Cavani solo en el segundo palo, y el uruguayo no remataba por muy poco. La presión del equipo estaba siendo algo sublime, pero con un desgaste físico que hacía pensar en fantasmas de cara a la segunda mitad. En la última jugada del primer acto pudo llegar el segundo después de un centro de Musah, pero la defensa lo mandaba a córner. Y en ese saque de esquina, en segunda jugada, Ilaix tenía toda la portería para él pero la mandaba fuera con demasiado potencia.

La segunda parte empezaba sin cambios en el Valencia, pero con el plan claro de no bajar la intensidad como pasó la jornada anterior. El Sevilla era totalmente otro, y se lanzaba a por el empate con lo que tenía en el banquillo. Daban muchos metros atrás, y debía haber piernas parta meterles el susto en el cuerpo con alguna contra. Pasado el primer cuarto de hora, los locales estaban metidos en campo visitante y la sensación de que el gol podía llegar crecía en cada jugada. En el 62, Gattuso movía el banquillo, dando paso a Kluivert y Marcos André por Samuel Lino y Cavani.

Seguía el acoso sevillista, y en el 67, a la salida de un córner, el remate local se iba al larguero. El balón no duraba, y eso facilitaba muchos las cosas al rival, que estaba en contínuo ataque sin bajar el ritmo. En el 70, se marchaba Foulquier y entraba en su lugar Nico. Precisamente buscando tener el balón. En el 74, Almeida y Paulista comparecían en el terreno de juego, y salían de él Ilaix y Musah, muy cansados los dos. Y donde menos peligro estaban generando, en el balón parado, hacían el empate tras segunda jugada. Un error que no se puede cometer.

Los últimos minutos eran de infarto, con varios fallos más defensivos del eje de la zaga del equipo, que no se pueden permitir nunca. Cada balón al área era peligro de gol, con una superioridad local aplastante, que tampoco se entendía. En una contra, que era lo que podía pasar, Kluivert se ganaba un balón, se iba solo cara a puerta, y le tenían que hacer falta, por la que el Papu era expulsado. Primero se pitaba falta, pero después del VAR, el colegiado decretaba penalti en el minuto. Tiraba el penalti Gayà y Bono le leía la intención. La tuvimos, pero nos tuvimos que conformar con el empate.